Los ojos fríos del vals

TÍTULOLos ojos fríos del vals

AUTORA: Marina Casado

EDITORIAL: BajAmar (Colección amarilla)

FECHA DE EDICIÓN: Enero de 2022

GÉNERO: Poesía

ISBN: 978-84-124411-7-8

SINOPSIS: El quinto poemario de Marina Casado representa un paréntesis en su trayectoria, un caprichoso experimento que consta de tres partes. La primera, «La memoria», es una lucha simbólica contra el olvido, en todas sus facetas. En la segunda, «Estampas para Odile», despliega el tema de la dualidad, de la inocencia y su sombra, a partir del cisne blanco y el negro del ballet de Tchaikovsky. Es la tercera parte, «Historia de la noche», la más original en su forma: combina acotaciones teatrales, símbolos modernistas y una estética surrealista para acabar presentando el triunfo de la imaginación sobre la realidad.

«El neomodernismo de Marina se consolida con una aportación original y conmovedora: la expresión de la experiencia vivida y concreta del pasado, la referencia del alma, como un hecho dulcificado y tamizado por la aurora, el aire y el velo propios del exótico repertorio de Rubén Darío» (Andrés París, poeta, en el prólogo: «Orgullo modernista»).

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LO QUE DICEN LOS LECTORES:

«Su poesía ofrece imágenes plagadas de violines, rosas, leones, cuentos, espejos, dragones, Sorolla, incluso, además de la nostalgia, patente entre sus líneas. Y una tristeza que cae suave en las páginas, una tristeza que disecciona y analiza» (Alicia Louzao en Liberoamérica).

«Es este poemario testimonio irrebatible de que en poesía lo clásico es siempre firme raíz de lo innovador. Nada más bello que la verdad. Nada más verdad que la palabra. Nada más moderno que la poesía» (Alberto Buitrago, poeta).

«Todo el libro es un espejo de vida que cae sobre el lector, donde los versos ahondan nuestra tristeza o nuestra alegría, porque la música del verso no es efímera, sino que se asienta en nosotros para que la escuchemos lentamente» (Pedro García Cueto en Culturamas).

«Los ojos fríos del vals supone un entreacto en el espacio lírico de Marina Casado por su rescate de una estética a trasmano. Las composiciones alientan una dicción que engarza con los espejismos de la imaginación, como si la realidad estuviese sumida en una larga noche, donde todavía es posible habitar el otro lado del espejo. Mirar el día con el hilo de luz de la inocencia» (José Luis Morante en Puentes de papel).

«Es una nueva singladura que continúa y reafirma las anteriores, y a la vez se interna con osadía en despoblados océanos antiguos que ella vuelve nuevos al surcarlos. El libro ofrece al lector ávido de belleza tesoros sin cuento, aunque la joya más valiosa que custodia es su profunda, irrenunciable, verdad». (César Rodríguez de Sepúlveda en El Cuaderno).

«Se vislumbra una poesía de acentuada claridad expresiva, de creciente madurez verbal. Con un decir muy bien modulado y apoyado en un preciso ritmo versal, la autora madrileña apuesta sin ambages por ‘…resucitar al cisne, devolverlo a la vida para no olvidar la noche. Y no cortar más alas» (Jorge de Arco en Otrolunes).

«Es precisamente esa exaltación de la creatividad y de la belleza la que mueve a Marina a crear unos versos alejados de cualquier tendencia o corriente, a promover un neomodernismo urbano y a proclamar su deseo de resucitar al cisne en lugar de torcerle el cuello» (José María Ariño en Trinchera Cultural).

«Marina convoca a los espíritus de Odette y Odile, de esos cisnes antagónicos que representan la realidad de la humanidad y del mundo, y lo hace a través de la poesía, por supuesto, pero, también, del cine, de los cuentos infantiles y, como es habitual en ella, de la música» (Jorge Pozo Soriano en su blog).

«La radicalidad de Los ojos fríos del vals va más allá de lo estético. Hay poemas que se asoman, como hicieron los autores del modernismo que tanta polémica estéril han provocado por enfrentarse al 98. No hay dos posiciones ante la realidad, la estética (modernista) y la comprometida (98), hay una única visión generacional que asume Marina Casado que también entiende España como un problema que se arrastra» (Javier Gallego Dueñas en su blog).

«No olvidamos que la poeta huye de etiquetas, y por esa razón es fácil llegar al tuétano e identificarse con la esencia de su obra, pues a pesar de beber de fuentes claras y demostrar sin pedantería su nutrido bagaje de lecturas alimenticias, apuesta por la creatividad, por lo nuevo, por cisnes adaptados a los tiempos, que sepan nadar en aguas turbias convirtiendo su vulnerabilidad femenina y casi etérea, en una de las bases más sólidas y poderosas de su escritura de alas fuertes.» (Rosario Troncoso en Estado Crítico).

«Los ojos fríos del vals es una actualización de la estética modernista, tanto en el uso de estructuras como recursos tan singularmente propios de finales del siglo XIX; sin embargo, la escritora madrileña no se ha dejado llevar por la forma sino que nos ha dejado magníficas composiciones, ya sean enmarcadas por su imaginación como por conmovedoras correspondencias de gran calado testimonial.» (Jesús Cárdenas en Nueva Tribuna).

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