
De los creadores de «Belenes con encanto» llega, este año, la versión «Belén Marinístico», una sugerente posibilidad que todos podéis poner en práctica en vuestros propios hogares. La mayor ventaja del Belén Marinístico es que es apto para ateos, puesto que su fundadora decidió, en el momento de su creación, que esta parte de la sociedad también tiene derecho a disfrutar de las tradiciones navideñas. Así que… chicos, ya no tenéis excusa para no poner este año el Belén.
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Ingredientes esenciales
- Una mesa grande.
- Vegetación natural extraída de un parque.
- Figuritas de varias décadas distintas, que abarquen desde los años 50-60 hasta el siglo XXI. Nota: Se valorarán especialmente aquellas a las que ya no se les distinga la cara.
- Muchos muñecajos de los que salen en el roscón.
¿Ya tenéis los ingredientes? Es hora de ponerse manos a la obra. No olvidéis que el Belén Marinístico permite grandes dosis de personalización, así que, más allá de los ingredientes esenciales, podéis añadir otros de vuestra propia cosecha.
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Contenido esencial
Aunque el Belén Marinístico es eminentemente creativo, existen ciertas secciones y personajes que no pueden faltar a la hora de plantear su construcción. Analicémoslos:
1. El Portalito:

La parte preferida de todos nuestros marinistas. Lo primero que necesitamos es un pajar misteriosamente espacioso y confortable, al que lo único que le falta es una televisión -expertos marinistas se hallan analizando este punto para próximas versiones-. Cubramos el suelo del portal con paja cual si de una moqueta ultramoderna se tratase. Después, procedamos a elegir las figuritas:
- El Trío Dorado: Al contrario que en otras secciones, en esta resulta importante que San José y la Virgen tengan un aspecto semi decente, con una edad media de no más de diez años. No olvidemos que ellos constituyen el escaparate de nuestro Belén. Respecto a Jesusito, lo ideal es respetar la tradición y elegir uno tamaño rata, el clásico que viene con cuna incorporada, facciones imprecisas -muy a lo Cristo de Borja- y que cada año se pierde en la bolsa de las figuritas por culpa de sus dimensiones mínimas. Sobra decir que el Trío debe ir acompañado por una mula y un buey que tampoco sean especialmente antiguos.
- Seres alternativos: Se trata de criaturas propias del Marinismo que deben rodear al Trío. En nuestro Belén, no podemos olvidar el Conejo Hipster -véase en la esquina superior izquierda, por detrás de San José-. Es un conejo sentado en un taburete que aparece leyendo. Representa el triunfo de la cultura de masas en la sociedad. En la esquina inferior izquierda, encontramos un gato metido en un cubo. No es más que uno de los fastuosos presentes del Niño Jesús. El último elemento alternativo homenajea al Modernismo de Rubén Darío: un pavo real.
2. Criaturas de la montaña

Esta sección es la más esencial y simbólica del Belén Marinístico. El elemento clave, posiblemente la piedra angular de todo el tinglado, se corresponde con el Canguro, representante del Dadaísmo. Su institucionalización en los 90 dio lugar a la primavera del Belén Marinístico.
Los otros dos elementos son de incorporación más tardía. El primero, la Virgen de la Roca, constituye un alegato al ateísmo, porque está desafiando a la Virgen y al Niño originales, los que se hallan en el Portalito junto a San José. Esta dualidad ha sido interpretada por muchos expertos marinísticos como la propuesta más arriesgada de la Postmodernidad ante la negación de Dios.
Por último, la Locomotora es un símbolo de la Revolución Industrial, período que no puede pasar desapercibido en un Belén Marinístico. El prestigioso marinista Joey Turkey ha señalado también la importancia que el ultraísmo de Guillermo de Torre podría haber tenido a la hora de institucionalizar esta figura.
3. El paje del Rey Baltasar

En efecto, se trata de una reproducción de Bob Marley, el mítico jamaicano que popularizó el reggae en todo el mundo. El marinismo lo ha elegido como paje de Baltasar como forma de crear una transversalidad entre la tradición folclórica cristiana y el género pop.
4. El Pajar

Es una sección clásica del tradicional Belén. Pero en el Marinístico, la inclusión de al menos uno o dos pavos comunes -«gulúes», en idioma marinístico- resulta de obligado cumplimiento. En el Belén Marinístico original, los beneficios van destinados a ADGAPA (Asociación de Gulúes, Asnos y Pandas Amenazados), que apuesta por la preservación del gulú y por su exclusión de la pirámide alimenticia.
5. Los lavanderos

Esas célebres y entrañables figuras que se sitúan junto a las aguas del río de papel de plata… Esta es la sección a la que debemos destinar las figuritas más antiguas, aquellas que datan de los años sesenta y setenta. La razón es que nadie se fija en los lavanderos, y por tanto sus rostros -generalmente desfigurados o borrosos por el paso del tiempo- pasan felizmente desapercibidos. Así, evitamos tener que jubilarlos. Hay que señalar que, salvo raras excepciones, los lavanderos nunca fueron originalmente lavanderos. En la imagen, se aprecia una Virgen jubilada y lo que fuera antaño un pastor haciendo gachas. Hoy, lucen alegres en su nuevo papel de lavanderos.
6. Herodes

Sí, ese rey terrible asesino de niños… Su presencia no puede faltar. Sin embargo, el marinismo permite utilizar el reciclaje a la hora de su elección. En la imagen, podemos contemplar a un antiguo San José, ascendido a monarca. Él se ha desarrollado en la vida y nosotros podemos contar con un Herodes sin tener que adquirir uno nuevo. Lo único que debemos tener en cuenta, para su nueva caracterización, es la cercanía de su castillo -sin atender a detalles banales como la descompensación entre el tamaño de ambas figuras: en el marinismo, los símbolos se erigen como lo esencial-.
7. El Rincón de la nieve

Fue una de las primeras incorporaciones en el germen de lo que hoy conocemos como Belén Marinístico. Incluye figuras de la tradición norteamericana, como muñecos de nieve o Papás Noeles, y fauna polar autóctona, como osos o pingüinos. Dota de exotismo a nuestro Belén.
8. Espectadores

Es la sección más abierta y creativa de nuestro Belén Marinístico, y además permite el aprovechamiento de todos los premios de roscones, esos con los que nunca sabemos qué hacer. Estas figuras se colocan juntas, a un lado del camino principal, conformando una mirada caleidoscópica que dota de vanguardismo a toda la estructura. En la imagen, contemplamos una universitaria, varios gnomos, una rata, un gusano gigante y una chulapona.
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Estas son las secciones más tradicionales de nuestro Belén Marinístico. Con esta base, todos seréis capaces de crear el vuestro propio, añadiéndole cuantas personalizaciones queráis. No olvidéis que la Navidad, marinísticamente hablando, es época de locura y nostalgia.
¡Felices fiestas a todos, marinistas!