Artículo publicado en Estrella Digital el 3/8/2018
Estábamos acostumbrados los españoles a la corrupción política de tinte económico: la trama Gürtel, la Púnica, la Palau… Una tarjetita black por aquí, una burbuja inmobiliaria por allá. Nos podía asombrar que el PSOE siguiera ganando en Andalucía a pesar de la gravedad del caso ERE en la Junta, pero ahí estaba también Mariano Rajoy en el Gobierno, con medio partido corrupto. La costumbre nos condujo a la resignación. Miguel Hernández ya no hubiera podido escribir aquello de “No soy de un pueblo de bueyes” en estos tiempos.
Continuar leyendo «La transparencia, Dios, la transparencia»