
Hoy la entrada va por nosotras. Porque estoy en modo nostálgico, que se va Anita a las Italias, y The Blue Cats no puede ser lo mismo sin ella…
No nos engañemos: el British no fue muy productivo académicamente hablando; se podría incluso definir como robo a mano armada; por no enseñarnos, «Colino» ni nos enseñó a hacer yoga en clase, por mucho que nos demostrara a diario su habilidad como el sustituto de Boomer, el hombrecillo que salía en los chicles.
Académicamente, nos sirvió de poco. Pero allí, entre el tipo que se parecía Juanito Santa Cruz, el chavalito con cresta que seguía las enseñanzas de Colino, la señora que había nacido en Italia y era francoparlante -o algo así- y, por supuesto, la Sapo… allí estábamos nosotras.
Las bases empezaban a sentarse. Elena llegó un trimestre más tarde, y me puse de pareja con ella aprovechando uno de los famosos retrasos de Ana que, fiel a su costumbre, llegaba media hora tarde, habitualmente. Después, los diminutos y merecidos descansos de media mañana nos unieron… Y ya estábamos las tres -y Álvaro-.
Vivimos muchas aventuras y desventuras… fuimos incluso presas de una maldición… Pero al final, logramos terminar el curso. Qué tiempos aquéllos… ¿recordáis?

Tras terminar el curso, todo indicaba que ya no nos veríamos. Mejor dicho: que nos iríamos dejando de ver progresivamente. Que todo acabaría con un utópico «tenemos que quedar» y una felicitación por Tuenti en cada cumpleaños. Era lo lógico, teniendo en cuenta el poco tiempo que habíamos estado juntas.
Sin embargo… No sé qué sería, pero encontré en vosotras algo más profundo que nos unía. Algo no identificado, un sentimiento familiar que hacía que cuando estuviéramos juntas, me pareciera que nos conocíamos de toda la vida.
Y -seguidas de cerca por la Sapo-Maldición- comenzaron nuestras aventuras…





¡Y hasta recibimos el 2013 juntas! ¿Nos lo podíamos imaginar cuando empezamos el British? Yo no… Y qué noche, con Jelen dándolo todo y el sitio cutreision donde se había acabado el ron… ¡y los roperos! Pero nos lo pasamos bien, ¿verdad?
Este año se hace necesaria la repetición. ¡Ahí lo dejo!

Y llegó 2013 y, con él, muchas más aventuras blucateñas…


Y así hasta hoy, que es el último día que Ana pasa por estas tierras. Mañana, si la Sapo-Maldición se lo permite, cogerá un avión para partir a la lejana ciudad de Pisa… A conocer italianos, comer pizza y no acordarse de nosotras…
¡¡ESO ÚLTIMO NI SE TE OCURRA, ANA!!
Queremos un informe semanal whatsappero de tus aventuras y desventuras con Draco por las Italias…
Y es que… ¿qué haría yo sin vosotras? Sois las mejores amigas del mundo. La vida ya no se concibe sin la clasificación natural elenística –dime con qué zapatillas andas y te diré quién eres– o el amor eterno de Ana por sus One Direction… Sin nuestras friki-horas averiguando a qué casa de Hogwarts pertenecemos -Jelen a Slytherin, ¡buuu!-, o las quedadas cienmontadiles en la Plaza de los Cubos…
Solo puedo decir que me alegro infinitamente de haberme apuntado al British aquel año… y de que las clases de tarde me obligasen a coger el horario de mañana, donde nos conocimos.
¡¡OS QUIERO!!
quien me lo iba a decir ha sido una de las mejores casualidades de mi vida , no me puedo creer a estas alturas y en tan poco tiempo haber conocido a dos de mis mejores amigas 🙂 sabeis q os echare mucho de menos y q ya estoy pensando en todo lo q vamos a hacer cuando vengais!!! 🙂
Buaaaaaaaaaaaaa, ¡qué penita me da! Pero da igual, p’allá que iremos pronto. Las reinas del tren florentino, vamos a ser 😉
Jajajajaja tenéis toda la razón, quién nos lo iba a decir!! Además Marina es que tienes razón, lo normal hubiera sido que todo se hubiera quedado en un «bueno ya quedaremos» y ese tipo de cosas, pero al final hemos quedado un montón a pesar la maldita Sapo ¬¬, y no se a vosotras pero a mi me preguntan «¿desde cuando las conoces?» y no sé que contestar porque parece que os conozco desde hace muchísimo en vez de solo un año. Ana, pásalo genial en Pisa y ya iremos a verte y party locaaa!