
El pasado lunes 24 fui la autora invitada en la celebración del Día del Libro del IES Lázaro Cárdenas de Collado Villalba. Resultó un día memorable en el que sentí ronronear mi vocación pedagógica al hablar a los alumnos, reunidos en la biblioteca del centro, de mis dos poemarios, y al recitarles algunos poemas. Me acompañaron en la mesa Sonia Piñeiro, profesora de Lengua y Literatura Española, y José Manuel Querol, profesor y jefe del mismo departamento. Ambos me presentaron con unas hermosas palabras.
La poesía es un género que puede resultar amenazador para los adolescentes, debido a su apartamiento del lenguaje común, pero eso no debe ser impedimento para que los educadores contribuyamos a que se produzca este acercamiento. Tal vez se trate de nuestro mayor reto en la asignatura de Lengua y Literatura Española. Mi verdadera primera toma de contacto con la poesía se la debo a mi padre, José Ángel Casado, que además fue mi maestro en quinto y sexto curso de Educación Primaria. Es importante que alguien nos coja de la mano para adentrarnos, por vez primera, en el complejo y fabuloso mundo de la poesía. Por ello, valoro mucho la valentía de los profesores del IES Lázaro Cárdenas al invitar, precisamente, a una poeta. Y añádase a mi admiración mi agradecimiento a todos ellos.
La satisfactoria experiencia tuvo su broche de oro con una maravillosa comida entre buenos amigos, hablando de literatura y de arte. Gracias a Sonia y a Eugenio, los anfitriones, por su apoyo constante y su cariño, desde que me conocieron por estos submundos digitales. También a José María, mi audaz editor, y a Leticia, que tuvo la amabilidad de tomar unas fotos estupendas que quedarán para la posteridad.
La poesía, la pedagogía, la amistad. Hermosos motivos para continuar siendo una idealista en esta vida a veces terrible.