Mis cinco películas españolas de terror favoritas

El 31 de octubre siempre produce polémica en España: surgen los argumentos a favor y en contra de celebrar Halloween, una fiesta que no es nacional -por mucho que en sus orígenes estuviera relacionado con la Santa Compaña gallega-, porque en España ya tenemos el Día de los Difuntos, que es el 2 de noviembre. Pero, admitámoslo: los disfraces monstruosos y las calabazas con cara tienen más tirón que los huesos de santo y los buñuelos tradicionales. A la mayoría de la gente le encanta poder convertirse por una noche en vampiro, demonio o aparecido…

No desarrollaré mi opinión personal al respecto, porque necesitaría una entrada entera, y prefiero aprovecharla para unirme a la moda de hoy y recomendar una serie de películas para aquellos que hayan escogido el cine en casa como plan halloweenero, y también para los aficionados al género de terror.

Este género posee la particularidad de suscitar grandes pasiones: existen los que lo odian y otros que lo adoramos, y el término medio es difícil de hallar -tan difícil como encontrar compañía para ir a ver un filme de terror al cine-. Es uno de los géneros con más detractores, y aprovechando esto, he decidido vivir al límite y unirlo al otro género cuya acogida tiene similares características en España: el cine español -sí, he aquí la gran paradoja-.

Por extraño que pueda parecer, el cine español se ha especializado mucho en el terror, originando grandes películas que, además de sustos, ofrecen al espectador una reflexión e incluso un cierto toque lírico. Es decir, que no se limita a presentar una serie de personajes que van recibiendo, uno tras otro, el hachazo correspondiente, como tantos aclamados títulos americanos. Hay que diferenciar una película «de sustos» de un verdadero filme de terror, que exige, necesariamente, que el terror tenga también un factor psicológico  es decir, que haya una historia detrás del «malo malísimo» de turno.

He escogido cinco títulos que -aunque seguramente me queden muchas por descubrir- considero mis favoritas dentro del cine español contemporáneo de terror. Os animo a verlas:

1) Los otros (Alejandro Amenábar, 2001)

Los otros, 2001
Los otros, 2001

Se trata de una producción hispano-franco-estadounidense, ganadora de ocho Goyas y protagonizada por Nicole Kidman, que ya se ha hecho un hueco a nivel internacional  entre los títulos más aclamados del género.

En el año 1945, nada más acabar la Segunda Guerra Mundial, Grace se traslada a una sombría mansión junto a sus hijos, Anne y Nicholas, para aguardar la llegada de su marido, que ha estado combatiendo en el conflicto. Los niños poseen una extraña enfermedad que les vuelve fotosensibles, vulnerables a la luz del sol, la cual podría llegar a producirles la muerte. Por ello, Grace debe cuidar de que las cortinas siempre estén cerradas y no entre una gota de luz natural en las habitaciones.

La aparición de dos siniestros sirvientes coincide con la llegada de los fenómenos paranormales, las voces, las presencias extrañas. Desde ese momento, Grace deberá avanzar en medio del entorno oscuro y opresivo que la rodea, luchando contra sí misma para finalmente resolver el misterio que le permita averiguar quiénes son realmente «los otros». Porque, verdaderamente… ¿ella quiere descubrirlo?

2) El orfanato (Juan Antonio Bayona, 2007)

El orfanato, 2007
El orfanato, 2007

Producida por el mexicano Guillermo del Toro y protagonizada por una magistral Belén Rueda, esta película constituyó un antes y un después en el cine de terror español, hasta el punto de dar lugar a una versión americana y otra japonesa. Obtuvo siete premios Goya.

Carlos y Laura, junto a su hijo adoptivo de siete años, Simón, establecen su nuevo hogar en un la mansión que fuera en sus orígenes un orfanato, donde la propia Laura se crió. Simón, un niño sensible y reflexivo, comienza a hablar de unos amigos que viven en la casa y que nadie más que él puede ver. La visita de una siniestra y misteriosa mujer que afirma ser asistente social, junto con la presencia fantasmagórica de un niño que cubre su cara con un saco, desembocarán en la desaparición de Simón dentro de la propia casa. Entonces, Laura comenzará una búsqueda frenética y desquiciante en la que se topará con más de un descubrimiento, como el asesinato del niño del saco, llamado Tomás.

El final, dramático y absolutamente inesperado, pone el broche sombrío a este excelente filme.

3) El espinazo del diablo (Guillermo del Toro, 2001)

El espinazo del diablo, 2001
El espinazo del diablo, 2001

La crítica concibe esta película como precursora de El laberinto del fauno (2006), también dirigida por Del Toro y que no he incluido en esta lista por parecerme del género fantástico, más que puramente de terror. En El espinazo del diablo, el terror se une al género histórico -tan desarrollado por el cine español-, y el resultado es una película que mantiene la intriga hasta el final, sin descuidar la historia de fondo. Además, cuenta con un elenco brillante de actores, entre los que encontramos a Eduardo Noriega, Marisa Paredes y al argentino Federico Luppi.

El argumento nos sitúa a 1939, comienzo inmediato de la posguerra española. Un grupo de profesores dirige un orfanato en las montañas en el que acogen a huérfanos de republicanos que han sido asesinados o encarcelados durante la guerra. Allí llega Carlos, un niño de diez años que pronto comienza a comunicarse con Santi, el fantasma de un niño asesinado. Santi, poco a poco, le conducirá al descubrimiento de un terrible secreto que implica a algunas de las personas del centro…

4) Nos miran (Norberto López Amado, 2002)

Nos miran, 2002
Nos miran, 2002

Un filme, mucho menos reconocido por la crítica, que supone el el debut de su director, protagonizado por los consagrados Carmelo Gómez e Icíar Bollaín. En mi opinión, a pesar de la inexperiencia de López Amado, se trata de una película que mantiene el suspense hasta el final, con momentos álgidos de tensión como el que muestra el fotograma, donde el protagonista debe recorrer un solitario pasillo de metro.

Juan es un inspector de policía que se enfrenta a un caso de desaparición de un empresario. Pronto conectará el caso con otras desapariciones en similares circunstancias, formando una red que lo relaciona con una dimensión paralela desde la que hay seres misteriosos que nos observan, que tratan de manipular nuestras mentes… ¿Dónde van todos aquellos que desaparecen sin dejar rastro?

5) El arte de morir (Álvaro Fernández Armero, 2000)

El arte de morir, 2000
El arte de morir, 2000

Una película poco conocida, protagonizada por Fele Martínez y que, en un comienzo, no promete demasiado. A pesar de que su estructura es, aparentemente, la anteriormente comentada: un grupo de jóvenes condenados al «hachazo por turno» (entiéndase por «hachazo» cualquier forma sangrienta de asesinato), os recomiendo no abandonar, porque aproximadamente a la mitad de la película, el argumento da un giro y se vuelve absolutamente original.

Una pandilla de amigos contribuyen, por accidente, en la muerte de un joven llamado Nacho, un pintor cuya obra gira en torno a un único tema que le obsesiona: la muerte. Sus accidentales asesinos esconden su cadáver. Cuatro años más tarde, un inspector retoma el caso y los amigos regresan al lugar donde escondieron el cadáver para asegurarse de que sigue allí. Entonces se produce un incendio del que consiguen escapar. Hay un antes y un después del incendio… El mundo que conocían comienza a cambiar, y el espíritu de Nacho se manifiesta repetidamente. ¿Cuál será la explicación?

El indomable Paul Newman

Tenía el cabello corto, ensortijado, una sonrisa franca; la mirada, a un tiempo valiente, pícara, grave y cómplice, que invitaba a la confianza… los ojos rasgados azules, de un azul ardiente, en absoluto frío. Los ojos azules más famosos de Hollywood.

Estoy hablando, por supuesto, de Paul Newman, de cuyo fallecimiento se cumplieron 5 años anteayer, 26 de septiembre.

Paul Newman
Paul Newman

Newman había nacido en Ohio otro día 26, pero de enero, en 1925. Estudió Económicas, aunque se acabó decantando por el mundo del espectáculo, ingresando en 1951 en la Escuela de Interpretación de Yale. En 1953, continuó su formación como actor en el Actor’s Studio, donde conoció a Marlon Brando y a la que años más tarde se convertiría en su gran amor: la actriz Joanne Woodward. En 1954, a los 28, debutó en el cine en la película El cáliz de plata, dirigida por Victor Saville y coprotagonizada por Jack Palance.

1958 fue un año que marcaría su carrera y su vida personal para siempre. En ese año protagonizó dos de sus filmes más famosos: La gata sobre el tejado de zinc, dirigida por Richard Brooks –quien se había inspirado en una obra de teatro de Tennessee Williams-, y El largo y cálido verano, de Martin Ritt. En esta película trabajó por primera vez junto a Joanne Woodward, su antigua compañera del Actor’s Studio. Al principio, Woodward se mostraba muy escéptica ante el talento de Newman. Por entonces ella, a pesar de ser seis años más joven que Paul, gozaba de más prestigio que él, quien, en su opinión, había ganado más por su simpatía y su “cara bonita” que por poseer auténticas dotes interpretativas.

Paul Newman
Paul Newman
Paul Newman
Paul Newman

La concepción de Joanne Woodward acerca de Paul Newman cambió a medida que trabajaron juntos y se conocieron: cambió hasta el punto de que ambos se enamoraron y contrajeron matrimonio ese mismo año, después de que Newman se divorciara de su primera esposa, con quien había tenido tres hijos. Paul tenía 33 años y Joanne, 27.

El matrimonio entre los dos actores fue una de las excepciones que tambalean el estereotipo de que, en Hollywood, todo amor es efímero y teñido de infidelidad. En 2008, año en que murió Paul Newman, cumplían 50 años de casados, tenían tres hijos y continuaban tan enamorados como el primer día. Newman se justificaba alegando: «Joanne siempre me ha dado apoyo incondicional en todas mis decisiones y esfuerzos, eso incluye mis carreras de coches, que ella deplora. Para mí eso es amor». Y también con aquella frase que no tardó en hacerse célebre: «¿Para qué buscar una hamburguesa si tengo en casa un entrecot?». El “entrecot”, como bien podemos deducir, era una muchacha de cejas oscuras, mirada penetrante y cabello rubio platino que con los años se tornaría de plata.

Joanne Woodward y paul Newman
Joanne Woodward y Paul Newman
Joanne Woodward y Paul Newman
Joanne Woodward y Paul Newman

Joanne Woodward también estuvo junto a él en 1978, cuando Newman tuvo que afrontar el momento más duro de su vida. Se trata del punto en sombra de una biografía por lo demás luminosa. Paul Newman siempre destacó por su compromiso con la sociedad. Perteneció a la Alianza para la Defensa del Medio Ambiente, representó a su país ante la Organización de las Naciones Unidas en la Conferencia para el Desarme y fundó campamentos para niños afectados por enfermedades graves. En 1990, el mismo año en que fue propuesto como candidato a gobernador de Connecticut por un congresista demócrata, también fue nombrado “padre del año” por UNICEF.

Y paradójicamente, el trágico suceso que tuvo lugar en 1978 fue el fallecimiento a causa de una sobredosis de su hijo Alan, fruto de su primer matrimonio. Después de aquello, Newman incrementó su compromiso social centrándolo en la lucha contra la drogadicción, fundando el Centro Scott Newman.

Paul Newman en Venecia
Paul Newman en Venecia

Paul Newman llegó a ganar tres Oscar a lo largo de su carrera, entre los cuales destaca el de Mejor Actor por su interpretación en El color del dinero (1986), y fue nominado nueve veces para esa categoría. Hoy es una leyenda de Hollywood: sus ojos azules se sitúan en el mismo nivel de celebridad que los violáceos de Elizabeth Taylor: esa “gata sobre el tejado de zinc caliente” que en la película de 1958 a quien le pidió que saltase en la película de Brooks de 1958. Aquel Paul Newman iracundo, rabiosamente guapo, envuelto en una bata azul y con una pierna escayolada, que se arrastraba por la mansión y al mismo tiempo arrastraba la sombra de su pasado, personificada en la figura de su padre. Tan distinto y a la vez tan similar a aquel otro Paul Newman descarado, errático y vagabundo de El buscavidas, que finalmente encuentra una razón para darle sentido a su existencia. El Paul Newman joven y apolíneo de El largo y cálido verano (1958) y Desde la terraza (1960), y aquel otro maduro, venerable y magistral que encarnó al jefe de la mafia en Camino a la perdición (2002), que dejó grandes frases para el recuerdo como: “Esta es la vida que elegimos; y una cosa está clara: ninguno veremos el cielo”.

Paul Newman y Liz Taylor en La gata sobre el tejado de zinc, 1958
Paul Newman y Liz Taylor en La gata sobre el tejado de zinc, 1958
Paul Newman en El buscavidas, 1961
Paul Newman en El buscavidas, 1961
Paul Newman en Camino a la perdición, 2002
Paul Newman en Camino a la perdición, 2002

Nunca me atrajeron demasiado las películas sobre presidiarios, hasta que vi La leyenda del indomable (1967), donde el personaje interpretado por Paul Newman nos dio una lección sobre el hambre de justicia y de libertad que debe sacudir al mundo. Inolvidable, por cierto, aquella escena en la que apuesta comerse 50 huevos duros… Jamás entendí por qué el personaje encarnado por Katharine Ross en Dos hombres y un destino (1970) juguetea con Butch Cassidy y Sundance Kid, sin decidirse por ninguno… Ya solo la escena del paseo en bicicleta, y un presumido Newman desafiando a una vaca mientras suena la genial banda sonora, “Raindrops Keep Fallin’ on My Head”, le resta cualquier posibilidad a Robert Redford. Y eso que Redford “tiene su puntazo”, pero al lado de Paul Newman se queda bastante corto. Y esto es igualmente válido para el filme que ambos volvieron a coprotagonizar en 1975 de la mano del mismo director, George Roy Hill: El golpe.

Robert Redford y Paul Newman en Dos hombres y un destino, 1969
Robert Redford y Paul Newman en Dos hombres y un destino, 1969

Antes, fue sorprendente ver a Newman formando pareja con Julie Andrews (famosa por interpretar a Mary Poppins) en la película de 1966 Cortina rasgada, dirigida por el mismísimo Alfred Hitchcook, haciendo de espía americano en territorio soviético. Y es que Newman fue polifacético no solo en el terreno interpretativo, sino también en su vida personal. Aficionado a la cocina, llegó a fundar una línea de productos alimenticios, Newman’s Own, que se popularizó por una mezcla especial de aliño para ensaladas. Además, fue competidor profesional en carreras de automovilismo, compitiendo hasta la avanzada edad de 70 años.

Paul Newman compitiendo
Paul Newman compitiendo

Paul Newman es, sin duda, uno de los hitos de la historia del cine. Y sin embargo, de joven podría no haberse decidido por la interpretación, porque su primera gran aspiración había sido la de convertirse en piloto militar. Se lo impidió una deficiencia visual: el daltonismo, que le incapacitaba para distinguir bien los colores. Sí: los ojos azules más famosos de Hollywood eran daltónicos…

Paul Newman
Paul Newman

El universo de Harry Potter regresa a la gran pantalla

Hoy está comenzando a publicarse en algunos medios la friki-noticia bomba del año: J. K. Rowling, la célebre creadora de Harry Potter, se estrenará como guionista en Warner Bros preparando una serie de películas basadas en su libro Animales fantásticos y dónde encontrarlos.

Cubierta del libro escrito por J. K. Rowling
Cubierta del libro escrito por J. K. Rowling

Como todo pottermaníaco sabrá, se trata de una guía de criaturas mágicas que los protagonistas de la saga -Harry, Ron y Hermione- utilizan como libro de texto. Aunque el libro está realmente escrito por Rowling y se puede adquirir en librerías, en la ficción la autoría se atribuye a un tal Newt Scamander.

Muchos se preguntarán qué diablos se puede sacar de una guía de bichos mágicos, en la que no hay argumento, personajes o historia. La respuesta es fácil: la Rowling se ha quedado sin libros para ofrecer a Warner y tiene que sacar algo de debajo de las piedras, si es necesario.

Según lo que he podido leer, la historia se remontará a setenta años antes del momento en que comienza Harry Potter y la piedra filosofal, el primer libro de la saga. Respetará el universo pottérico, pero no aparecerán los personajes que ya conocemos. El protagonista será Newt Scamander, el autor del libro en la ficción. La autora, en comunicado oficial, también ha dejado claro que  Animales fantásticos y dónde encontrarlos no es ni una precuela ni una secuela de la serie de Harry Potter, sino una extensión del mundo de los magos.

La escritora británica J. K. Rowling
La escritora británica J. K. Rowling

Lo cierto es que, al leerlo, no he podido evitar pensar en la llegada a los cines de El Hobbit, la precuela de El Señor de los Anillos, cuando las tres películas con Frodo como protagonista no dejaban lugar para una continuación de la historia, y ya se había chupado todo lo posible y más del asunto. En ese caso, aún tenían la excusa de que J. R. R. Tolkien había escrito El Hobbit como una novela; eso sí, una y no tres. Que lo de pretender sacar tres películas de una novela que no da para tanto nos conduce a la terrible consecuencia de tragarnos una primera parte en la que -amantes del universo tolkiniano, perdonadme- sobra película por todas partes, lo mires como lo mires.

Es la manía de siempre de exprimir al máximo un producto de éxito masivo, como lo de andar sacando precuelas de las películas de X-Men con los orígenes de los personajes. Pero, insisto: al menos El Hobbit o Lobezno: los orígenes tienen una referencia literaria -novela y cómics, respectivamente. ¿Qué va a sacar la Rowling de una guía de criaturas mágicas?

Cartel de la película dirigida en 2012 por Peter Jackson
Cartel de la película dirigida en 2012 por Peter Jackson

Y de verdad, más fan de Harry Potter que yo habrá poca gente en el mundo. A nadie le gustaría más que a mí que la historia del «Niño que vivió» continuara, o que su autora nos contara detalladamente las aventuras que vivieron el padre de Harry y sus amigos, los Merodeadores. Sobre todo, para compensar el hecho de cargarse a todo bicho viviente -hasta la lechuza, ¿¿por qué??- en la última entrega de la saga: Harry Potter y las reliquias de la muerte.

A nadie le gustaría más que a mí que las aventuras pottéricas continuaran, pero permitidme ser escéptica ante la capacidad creativa que todavía le queda a Rowling. Y si no, remito a la tristísima página creada por la autora el año pasado, una mezcla entre red social y e-book que permite a los lectores «interactuar» con el universo pottérico en su versión digital. Estoy hablando de Pottermore, un proyecto que se mantuvo con un gran secretismo y altas expectativas, y que luego resultó ser una página dirigida a un público infantil o bobo, en el que ni siquiera te permiten comunicarte con otros usuarios ni elegir tu nombre, imponiéndote algunos tan «molones» como «DraconisWild727» o «EscobaGato3».

Lo único que merece la pena de Pottermore es el test de la Ceremonia del Sombrero Seleccionador, que te sitúa en una de las cuatro casas del Colegio Hogwarts: Gryffindor -valientes de corazón-, Ravenclaw -inteligentes y eruditos-, Hufflepuff -buenos y leales- y Slytherin -astutos y ambiciosos. Hay muchos test similares en Internet, pero este es el oficial, elaborado por la autora, y el más fiable, porque va cambiando las preguntas para que no puedas cocinarlo, además de que las preguntas planteadas no están relacionadas directamente con la valentía, la lealtad o cualquiera de las características prototípicas de cada casa. No puedes responder las que crees que te conducirán a tu casa favorita…

(En este punto puedo afirmar con orgullo que yo caí en Gryffindor…)

Escudo de la casa Gryffindor
Escudo de la casa Gryffindor

Este nuevo proyecto de Rowling basado en Animales fantásticos y donde encontrarlos ha sido anunciado por la propia autora, así que podemos afirmar que no se trata de un rumor falso como el que sacudió las redes hace unos meses, cuando desde una cuenta de Twitter se lanzó el bombazo de que la escritora publicaría dos nuevos libros de la saga de Harry Potter, resultando tratarse de una mala interpretación de un video antiguo en el que Rowling anunciaba el lanzamiento de Pottermore

Y es que, ¿por qué no confesarlo? Todavía no conseguimos asumir que la aventura de Harry haya terminado… El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería sigue siendo el lugar más maravilloso para huir de la realidad, sobre todo para los que hemos ido creciendo a la par que el joven mago…

El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería en las películas de Warner Bros
El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería en las películas de Warner Bros

Expediente Warren: el exorcismo ataca de nuevo

Hoy os traigo la crítica marinística de una película que actualmente sigue en cartelera: Expediente Warren.

Cartel de la película de 2013 Expediente Warren
Cartel de la película de 2013 Expediente Warren

FICHA TÉCNICA

Título original: The Conjuring (The Warren Files)

Año: 2013

Duración: 112 minutos

País: Estados Unidos

Director: James Wan

Guión: Chad Hayes, Carey Hayes

Música: Joseph Bishara

Fotografía: John R. Leonetti

Reparto: Lili Taylor, Vera Farmiga, Patrick Wilson, Joey King, Ron Livingston, Mackenzie Foy, Shanley Caswell, Hayley McFarland, Sterling Jerins, Shannon Kook

Un cartel alternativo de Expediente Warren
Un cartel alternativo de Expediente Warren

Lo cierto es que los carteles, así como los tráilers, parecían prometedores para los amantes del género de terror, entre los que me cuento.

Y de hecho, empezó muy bien. Con una terrorífica muñeca poseída que aterraba a dos chicas que vivían en una casa antigua, cambiando de posición y escribiendo mensajes que decían: «¿Me habéis echado de menos?». Tengo que confesar que en ese comienzo pasé miedo, sobre todo con la cara de la muñeca.

Pero inmediatamente después, aparece un texto en el que se encuentra esa frase devastadora para el género: Basado en hechos reales.

Cuando en una película de terror tienen que recurrir a ella, significa que están buscando un impacto fácil en el público. ¿Va a dar más miedo porque esté basado en una historia real -que vaya usted a saber cuánto se parece-? El mérito de una película de este género es impresionar por sí misma, por el guión, por la historia, sea real o no.

En el texto también se explicaba que Ed y Lorraine Warren, los «cazafantasmas» que ayudan a la familia protagonista, existieron de verdad y participaron en muchos exorcismos, amparados por el Vaticano. Yo me dije: con la Iglesia hemos vuelto a topar.

De verdad, ¿tanto cuesta entender que, después de El exorcista, todas las demás carecen de originalidad? ¿Dónde están los directores de terror creativos?

Pero volvamos a la historia. En los años setenta la familia Perron, compuesta por el padre, la madre y cinco hijas súper-híper-mega repelentes y escandalosas, se instalan en su nueva casa, una antigua granja situada en Rhode Island. Por supuesto, está en mitad del campo y por allí no hay ni el gato -había un perro, pero enseguida se lo cargan los demonios.

Al poco tiempo de instalarse, descubren un desván que había permanecido cerrado, lleno de trastos viejos. Lo curioso es que en el desván también se encuentra la caldera, y aquí planteo la pregunta: ¿compraron la casa sin agua caliente o no sabían que el agua caliente necesita de la existencia de una caldera? Es para matar a los de la inmobiliaria, vamos…

Pues es abrir el desván y que la casa se les llene de olores raros, pasos, golpes, presencias fantasmales… Aquello parece la Casa del terror del Parque de Atracciones, auténticamente.

El siguiente paso es llamar a los cazafantasmas, que llegan sin traje y sin musiquita, porque estos son amigos de los curas y claro, tienen que parecer más serios. Los Warren descubren que en esa granja vivió una bruja -entiéndase como mujer que practicaba la brujería, que las otras son demasiado comunes- que sacrificó a su bebé en honor al Diablo y después se suicidó, dejando una maldición para todos aquellos que habitaran en el futuro sus tierras. Su táctica consistía en poseer a la madre de cada familia y hacer que asesinara a sus hijos.

El desenlace es brusco y cogido con alfileres. No explican cómo hacen desaparecer al demonio, meten una escena final inocua…

Fotograma de la película
Fotograma de la película

Para los que lo pudieran estar pensando… No, no es Asier, el novio de Paquita, la de Cuéntame cómo pasó. Tienen en común las pintas y que están muy metidos en estos rollitos paranormales. El de la foto es Ed Warren interpretado por el actor Patrick Wilson.

Ninguna interpretación es brillante, pero la más creíble es la de Vera Farmiga en su papel de Lorraine Warren.

De los momentos estelares de la película, como aquel mencionado de la caldera, hay unos cuantos. Por ejemplo, cuando Ed Warren explica a la familia que los demonios siempre llaman a la puerta tres veces porque lo consideran una burla a la Santísima Trinidad. ¿Y no pueden llamar tres veces porque les da por ahí? Mira que hay que ser rebuscado. Aunque eso explica que el famoso cartero de James M. Cain sólo llamara dos veces. El hombre, a pesar de todo, era un buen cristiano.

Otra cosa que me encanta es cómo les llenan la casa de crucifijos a los pobres Perron, y cómo les recriminan que las niñas no estén bautizadas… Evangelización, señores, que no nos enteramos. Luego vienen los fantasmas y a quejarnos, claro, pero no pisamos la Iglesia, y así nos va…

Conclusión… Bauticen a sus hijos. Y esperen a que esta fantástica película sea estrenada en televisión, porque los diez euros que cuesta el cine escuecen demasiado, en este caso.

Fenómenos sociales: de Moccia a Mario Casas

Hoy en día, los experimentos sociológicos debieran hacerse a partir de productos de consumo masivo, principalmente los televisivos. Esta idea se me pasó por la cabeza cuando la otra noche, haciendo zapping, me topé con Mario Casas protagonizando la célebre película Tres metros sobre el cielo. Los personajes estaban inmersos en un apasionado diálogo «romántico» que captó mi atención justo antes de cambiar de canal. Twitter se había vuelto loco: la mitad de las tendencias del día las ocupaban hastags relacionados con la película. Tenía ante mí un auténtico acontecimiento social. Fue así como decidí quedarme a verla, con el mismo interés que Neil Armstrong cuando alunizó…

Pero comencemos por el principio. El autor que hizo posible este fenómeno: Federico Moccia.

El escritor italiano Federico Moccia
El escritor italiano Federico Moccia

Federico Moccia (Roma, 1963) es un autor que se hizo famoso a comienzos de este siglo gracias a su novela A tres metros sobre el cielo, que ya había sido publicada en 1992. Ante tal éxito, decidió continuar la historia publicando una secuela en 2006, titulada Tengo ganas de ti. A esta obra le siguió en 2007 Perdona si te llamo amor. Tras tres novelas no tan exitosas entre medias, en 2009 publicó la secuela de la anterior: Perdona pero quiero casarme contigo.

No puedo opinar sobre la calidad literaria de las novelas, porque no he tenido a bien leérmelas. Por suerte, en esa época estaba más que superada mi época bestesellera,  y lo que sí me hacía mucha gracia eran los dos títulos de Perdona si te llamo amor y Perdona pero quiero casarme contigo. Aquellos títulos hablaban de una mezcla entre Los Teletubbies y Mi Pequeño Poney, todo ello mezclado con salsa de arco-iris. Le hubiera añadido una tercera parte: Perdona pero quiero tirarte por un puente.

El caso es que en 2008 el propio Moccia llevó al cine Perdona si te llamo amor, con el actor italiano Raoul Bova en el papel principal masculino -a Bova sí le hubiéramos podido «perdonar» todo…- y Michela Quattrociocche en el femenino. Ambos interpretaban a Alex, un publicista que ronda los cuarenta y Niki, una adolescente que todavía va al instituto.

Cartel de la película de 2008 Perdona si te llamo amor
Cartel de la película de 2008 Perdona si te llamo amor

Típica historia pastelosa y cuestionable en cuanto a veracidad sobre la niñata que se enamora del «tío bueno» mayor y le pone el mundo patas arriba -porque además es un prototipo de «adolescente alocada guay»-. Y él cae misteriosamente enamorado de ella. Un poco de drama light, con la antigua novia de Alex que hace sus apariciones esporádicas, y los padres de Niki que se oponen a que esta salga con un tipo que le dobla la edad. Al final acaban felices y comiendo perdices, para que sea posible estrenar la segunda parte en 2010: Perdona pero quiero casarme contigo. Me ahorro el resumen del argumento porque el título ya lo dice todo.

Sintetizando: las dos películas -especialmente la primera- son entretenidillas, sin alcanzar el grado de bazofia, y recomendables solo por ver a Raoul Bova…

Pero… –¡Ay mísero de mí, ay infelice!– en 2010 un director español, Fernando González Molina, tuvo la «maravillosa» idea de adaptar la primera novela de Moccia, A tres metros sobre el cielo, al cine, en colaboración con la cadena Antena Tres Televisión. Podrían haber pasado muchas cosas. Podría haber sido una película medio buena, o haber sido mala y haber pasado desapercibida. Pero desde el momento en que se eligió a Mario Casas para el papel protagonista, la suerte estaba echada.

El actor español Mario Casas
El actor español Mario Casas

Mario Casas (La Coruña, 1986) es uno de esos tipos que podrían parecer interesantes si mantuvieran la boca cerrada, dando lugar a la incertidumbre. De esos que tienen una sonrisa bonita, que genera confianza, que hasta le da un cierto toque de perspicacia o… ¿inteligencia? Pero entonces habla, y se rompe la magia, y te das cuenta de que la sonrisa no escondía ingenio, sino estupidez. Mario Casas es uno de esos actores nacidos para ser doblados.

En la serie Los hombres de Paco, de Globomedia, se hizo célebre al interpretar al agente Aitor, caracterizado por su macarrería. Y casi todos sus papeles desde entonces, en series y cine, contribuyeron a incrementar esa fama de macarra.

Pero con el papel de Hache en Tres metros sobre el cielo, Casas se convirtió definitivamente en el sex-symbol de la generación de adolescentes enloquecidas que acudían a las salas de cine y gritaban cada vez que él se quitaba la camiseta -un fenómeno más acusado que el de la saga Crepúsculo cuando aparecía Taylor Lautner.

Cartel de la película de 2010 Tres metros sobre el cielo
Cartel de la película de 2010 Tres metros sobre el cielo

La película fue una de las más taquilleras en España en 2010. He tratado de analizarla para hallar las claves de su éxito. Comencemos por los personajes:

Babi (María Valverde): Una adolescente de 17 bastante repelente, marimandona y aparentemente mojigata, aunque luego nos damos cuenta de que le gusta la juerga más que a un tonto un lápiz. Es egoísta hasta extremos abofeteables, y se enamora de Hache, el malote del barrio.

Hache (Mario Casas): El chico malo del lugar, que se lo pasa «tope guay» echando carreras de moto por Barcelona, una Barcelona donde por lo visto no debía existir la policía, porque se matan con las motos y aquí no ha pasado nada. Hache tiene un pasado oscuro con su madre: es rebelde porque el mundo lo hizo así. Hasta que deja de serlo cuando se enamora de Babi, y descubre a los asombrados espectadores su tierno corazón de corderito degollado. Eso sí, hay que hacer un máster para entender sus intervenciones, porque parece que Casas está comiendo patatas mientras habla.

Amigos: Katina, la amiga de Babi, una chica medio normal -es la única a la que no acabas deseando abofetear- interpretada por Marina Salas, a la que ya vi actuar en la serie de Cuatro Hay alguien ahí. El amigo de Hache se llama Pollo -tendrá otro nombre, el pobre, pero no se menciona.

Familia de Babi: Una madre monjona y de la vieja escuela, que hace todo lo que puede para separar a su hija del novio; un padre pelele, sin voz ni voto, y una hermana quinceañera más repelente, si cabe, que la propia Babi.

Fotograma de la película de 2010 Tres metros sobre el cielo
Fotograma de la película de 2010 Tres metros sobre el cielo

A partir de este punto, el argumento es muy simple. La felicidad llega a la vida de Babi con románticos episodios como las carreras de motos, botellones que acaban en peleas –nah, lo típico, ¿a quién no le pasa?-, citas especiales haciendo pellas del colegio o dejando que su novio amenace a su profesora para que a ella le ponga un sobresaliente. ¡Mazo romántico, tía!

Que se aparten Romeo y Julieta, que llegan Hache y Babi. La película cuenta con didácticos momentos que nos ayudan a enfrentar situaciones del día a día en nuestra sociedad, como la forma de romper con una chica. El brillante Mario Casas lo resuelve con una sola frase -pronunciada sin énfasis-: «Ya te llamo».

«Ya te llamo». Es que mira que nos gusta complicarnos a todos la vida, ¿eh? Tal vez la chica en cuestión nunca le llegase a entender, por el trozo de cordero que se le quedó a Casas en la boca.

Respecto a los famosos «tres metros sobre el cielo», se trata de un ejemplo más de creatividad poética -los macarras también tienen corazón. Cuando en un momento ultra-mega-súper-híper romanticón Babi le dice a Hache que siente que está en el cielo, su amado le responde que él está a tres metros por encima. Más y mejor, como los niños chicos. Pero qué profundo queda, eh… y ya con esa musiquilla suave que le otorga profundidad… Qué genialidad, la del guionista…

Claro, así llegamos a artículos como éste de El País, nada menos, que hielan la sangre desde el título:

Artículo de El País Semanal
Artículo de El País Semanal

Muerte, fuego y destrucción. Los galanes del cine deben estar revolviéndose en sus tumbas -espero que los vivos no lo hayan leído.

En todo caso, el éxito de Tres metros sobre el cielo llevó a Fernando González Molina a rodar también la secuela: Tengo ganas de ti (2012). Otra vez con Casas y la Valverde, pero uniéndose al elenco Clara Lago, a la que yo tenía en alta estima por su papel protagonista en El viaje de Carol (2002).

Mario Casas y A3MSC -sí, ha desarrollado siglas…- como ejemplos de fenómenos sociológicos. Todas las niñas quieren un novio motero, de pocas palabras, algo agresivo y capaz de pronunciar frases tan romanticonas como las ya citadas. En el próximo capítulo, tal vez os traiga un análisis del reguetón…

Cartel de la película de 2012 Tengo ganas de ti
Cartel de la película de 2012 Tengo ganas de ti