Tenía el cabello corto, ensortijado, una sonrisa franca; la mirada, a un tiempo valiente, pícara, grave y cómplice, que invitaba a la confianza… los ojos rasgados azules, de un azul ardiente, en absoluto frío. Los ojos azules más famosos de Hollywood.
Estoy hablando, por supuesto, de Paul Newman, de cuyo fallecimiento se cumplieron 5 años anteayer, 26 de septiembre.

Newman había nacido en Ohio otro día 26, pero de enero, en 1925. Estudió Económicas, aunque se acabó decantando por el mundo del espectáculo, ingresando en 1951 en la Escuela de Interpretación de Yale. En 1953, continuó su formación como actor en el Actor’s Studio, donde conoció a Marlon Brando y a la que años más tarde se convertiría en su gran amor: la actriz Joanne Woodward. En 1954, a los 28, debutó en el cine en la película El cáliz de plata, dirigida por Victor Saville y coprotagonizada por Jack Palance.
1958 fue un año que marcaría su carrera y su vida personal para siempre. En ese año protagonizó dos de sus filmes más famosos: La gata sobre el tejado de zinc, dirigida por Richard Brooks –quien se había inspirado en una obra de teatro de Tennessee Williams-, y El largo y cálido verano, de Martin Ritt. En esta película trabajó por primera vez junto a Joanne Woodward, su antigua compañera del Actor’s Studio. Al principio, Woodward se mostraba muy escéptica ante el talento de Newman. Por entonces ella, a pesar de ser seis años más joven que Paul, gozaba de más prestigio que él, quien, en su opinión, había ganado más por su simpatía y su “cara bonita” que por poseer auténticas dotes interpretativas.


La concepción de Joanne Woodward acerca de Paul Newman cambió a medida que trabajaron juntos y se conocieron: cambió hasta el punto de que ambos se enamoraron y contrajeron matrimonio ese mismo año, después de que Newman se divorciara de su primera esposa, con quien había tenido tres hijos. Paul tenía 33 años y Joanne, 27.
El matrimonio entre los dos actores fue una de las excepciones que tambalean el estereotipo de que, en Hollywood, todo amor es efímero y teñido de infidelidad. En 2008, año en que murió Paul Newman, cumplían 50 años de casados, tenían tres hijos y continuaban tan enamorados como el primer día. Newman se justificaba alegando: «Joanne siempre me ha dado apoyo incondicional en todas mis decisiones y esfuerzos, eso incluye mis carreras de coches, que ella deplora. Para mí eso es amor». Y también con aquella frase que no tardó en hacerse célebre: «¿Para qué buscar una hamburguesa si tengo en casa un entrecot?». El “entrecot”, como bien podemos deducir, era una muchacha de cejas oscuras, mirada penetrante y cabello rubio platino que con los años se tornaría de plata.


Joanne Woodward también estuvo junto a él en 1978, cuando Newman tuvo que afrontar el momento más duro de su vida. Se trata del punto en sombra de una biografía por lo demás luminosa. Paul Newman siempre destacó por su compromiso con la sociedad. Perteneció a la Alianza para la Defensa del Medio Ambiente, representó a su país ante la Organización de las Naciones Unidas en la Conferencia para el Desarme y fundó campamentos para niños afectados por enfermedades graves. En 1990, el mismo año en que fue propuesto como candidato a gobernador de Connecticut por un congresista demócrata, también fue nombrado “padre del año” por UNICEF.
Y paradójicamente, el trágico suceso que tuvo lugar en 1978 fue el fallecimiento a causa de una sobredosis de su hijo Alan, fruto de su primer matrimonio. Después de aquello, Newman incrementó su compromiso social centrándolo en la lucha contra la drogadicción, fundando el Centro Scott Newman.

Paul Newman llegó a ganar tres Oscar a lo largo de su carrera, entre los cuales destaca el de Mejor Actor por su interpretación en El color del dinero (1986), y fue nominado nueve veces para esa categoría. Hoy es una leyenda de Hollywood: sus ojos azules se sitúan en el mismo nivel de celebridad que los violáceos de Elizabeth Taylor: esa “gata sobre el tejado de zinc caliente” que en la película de 1958 a quien le pidió que saltase en la película de Brooks de 1958. Aquel Paul Newman iracundo, rabiosamente guapo, envuelto en una bata azul y con una pierna escayolada, que se arrastraba por la mansión y al mismo tiempo arrastraba la sombra de su pasado, personificada en la figura de su padre. Tan distinto y a la vez tan similar a aquel otro Paul Newman descarado, errático y vagabundo de El buscavidas, que finalmente encuentra una razón para darle sentido a su existencia. El Paul Newman joven y apolíneo de El largo y cálido verano (1958) y Desde la terraza (1960), y aquel otro maduro, venerable y magistral que encarnó al jefe de la mafia en Camino a la perdición (2002), que dejó grandes frases para el recuerdo como: “Esta es la vida que elegimos; y una cosa está clara: ninguno veremos el cielo”.



Nunca me atrajeron demasiado las películas sobre presidiarios, hasta que vi La leyenda del indomable (1967), donde el personaje interpretado por Paul Newman nos dio una lección sobre el hambre de justicia y de libertad que debe sacudir al mundo. Inolvidable, por cierto, aquella escena en la que apuesta comerse 50 huevos duros… Jamás entendí por qué el personaje encarnado por Katharine Ross en Dos hombres y un destino (1970) juguetea con Butch Cassidy y Sundance Kid, sin decidirse por ninguno… Ya solo la escena del paseo en bicicleta, y un presumido Newman desafiando a una vaca mientras suena la genial banda sonora, “Raindrops Keep Fallin’ on My Head”, le resta cualquier posibilidad a Robert Redford. Y eso que Redford “tiene su puntazo”, pero al lado de Paul Newman se queda bastante corto. Y esto es igualmente válido para el filme que ambos volvieron a coprotagonizar en 1975 de la mano del mismo director, George Roy Hill: El golpe.

Antes, fue sorprendente ver a Newman formando pareja con Julie Andrews (famosa por interpretar a Mary Poppins) en la película de 1966 Cortina rasgada, dirigida por el mismísimo Alfred Hitchcook, haciendo de espía americano en territorio soviético. Y es que Newman fue polifacético no solo en el terreno interpretativo, sino también en su vida personal. Aficionado a la cocina, llegó a fundar una línea de productos alimenticios, Newman’s Own, que se popularizó por una mezcla especial de aliño para ensaladas. Además, fue competidor profesional en carreras de automovilismo, compitiendo hasta la avanzada edad de 70 años.

Paul Newman es, sin duda, uno de los hitos de la historia del cine. Y sin embargo, de joven podría no haberse decidido por la interpretación, porque su primera gran aspiración había sido la de convertirse en piloto militar. Se lo impidió una deficiencia visual: el daltonismo, que le incapacitaba para distinguir bien los colores. Sí: los ojos azules más famosos de Hollywood eran daltónicos…

Hacía tiempo que no leía un artículo tan bien escrito…
¡Muchas gracias!
LA HISTORIA ESTA INCOMPLETA . CUANDO CREO LA FABRICA DE ADEREZOS Y ALIMENTOS LO DONABA TODO A OBRAS DE BIEN PUBLICO . QUE FUE CONVOCADO PARA HACER LA VOS EN LA PELICULA CARR , LA VOZ DEL LEGENDARIO GANADOR DE TRES COPAS PISTON QUE SE ECONDIA EN EL PUEBLO Y ERA EL, LA JUSTICIA ALLI!! Y PAOUL QUEDO ENCANTADO ESA FUE SU ULTIMA PELICULA . QUE JHOAN FUE LA QUE HIZO DE MADRE EN LA PELICULA FHILADELFIA DE TOM HANS .QUE FUE CORREDOR Y ADEMAS DE GANAR MUCHOS CAMPEONATOS Y COPAS CREO SU PROPIO EQUIPO Y LUEGO SE ASOCIO CON OTROS Y LO GANARON TODO , CORRIO HASTA LOS 82 AÑOS .EL Y SU EQUIPO FORMARON A THOM CROUIS QUE CORRIO DOS AÑOS Y DESPUES DIJO YA BASTA PARA MI , QUE A RAIZ DE ESO HIZO LA PALICULA DIAS DE TRUENO !! PAOL LO TUVO CASI TODO BELLEZA FAMA DINERO GANADOR EN EL CINE EN LAS CARRERAS , LAS 24 HORAS DE LEMANS ENTRE TANTAS UN MARAVILLOSO ACTOR , CORREDOR HOMBRE DE BIEN . HOY YA NO NACEN NI SE HACEN HOMBRES CON TANTA PASION POR TODO !! PIDO PERDON POR QUE SE QUE ALGUNOS NOMBRES NO ESTAN BIEN ESCRITOS !
Excelente entrada, sobre uno de mis actores preferidos. Enhorabuena por el blog! Un saludo
Muchas gracias, Mª Ángeles. También es uno de mis preferidos… Un saludo.
Excelente tu artículo Marina!
Paul Neuman fue sin lugar a dudas unos de los mejores actores del cine de todos los tiempos. Muy bien escrito tu artículo. Saludos de Venezuela