Entrevista en «Todo es verso»

Con Vega Alonso y David Foronda en el programa radiofónico «Todo es verso»

Esta semana, acudí a Catodia Podcast para ser entrevistada por Vega Alonso y David Foronda para el programa radiofónico «Todo es verso». Hablamos sobre poesía y rock, sobre mi último poemario, De las horas sin sol… Incluso me preguntaron acerca del Marinismo y la Heladología. La entrevista no pudo ser más completa ni mis entrevistadores más geniales. Fue un rato estupendo. Aprovecho para recomendaros fervientemente el programa a todos los amantes de la poesía. No os lo podéis perder.

Por último, dejo aquí el enlace a la entrevista, por si os apetece escucharla:

Entrevista a Marina Casado para «Todo es verso»

El Belén Marinístico: claves y consejos para su construcción

El Belén Marinístico 2014
El Belén Marinístico 2014

De los creadores de «Belenes con encanto» llega, este año, la versión «Belén Marinístico», una sugerente posibilidad que todos podéis poner en práctica en vuestros propios hogares. La mayor ventaja del Belén Marinístico es que es apto para ateos, puesto que su fundadora decidió, en el momento de su creación, que esta parte de la sociedad también tiene derecho a disfrutar de las tradiciones navideñas. Así que… chicos, ya no tenéis excusa para no poner este año el Belén.

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Ingredientes esenciales 

  1. Una mesa grande.
  2. Vegetación natural extraída de un parque.
  3. Figuritas de varias décadas distintas, que abarquen desde los años 50-60 hasta el siglo XXI. Nota: Se valorarán especialmente aquellas a las que ya no se les distinga la cara.
  4. Muchos muñecajos de los que salen en el roscón.

¿Ya tenéis los ingredientes? Es hora de ponerse manos a la obra. No olvidéis que el Belén Marinístico permite grandes dosis de personalización, así que, más allá de los ingredientes esenciales, podéis añadir otros de vuestra propia cosecha.

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Contenido esencial

Aunque el Belén Marinístico es eminentemente creativo, existen ciertas secciones y personajes que no pueden faltar a la hora de plantear su construcción. Analicémoslos:

1. El Portalito:

El Belén Marinístico 2014
El Belén Marinístico 2014

La parte preferida de todos nuestros marinistas. Lo primero que necesitamos es un pajar misteriosamente espacioso y confortable, al que lo único que le falta es una televisión -expertos marinistas se hallan analizando este punto para próximas versiones-. Cubramos el suelo del portal con paja cual si de una moqueta ultramoderna se tratase. Después, procedamos a elegir las figuritas:

  • El Trío Dorado: Al contrario que en otras secciones, en esta resulta importante que San José y la Virgen tengan un aspecto semi decente, con una edad media de no más de diez años. No olvidemos que ellos constituyen el escaparate de nuestro Belén. Respecto a Jesusito, lo ideal es respetar la tradición y elegir uno tamaño rata, el clásico que viene con cuna incorporada, facciones imprecisas -muy a lo Cristo de Borja- y que cada año se pierde en la bolsa de las figuritas por culpa de sus dimensiones mínimas. Sobra decir que el Trío debe ir acompañado por una mula y un buey que tampoco sean especialmente antiguos.
  • Seres alternativos: Se trata de criaturas propias del Marinismo que deben rodear al Trío. En nuestro Belén, no podemos olvidar el Conejo Hipster -véase en la esquina superior izquierda, por detrás de San José-. Es un conejo sentado en un taburete que aparece leyendo. Representa el triunfo de la cultura de masas en la sociedad. En la esquina inferior izquierda, encontramos un gato metido en un cubo. No es más que uno de los fastuosos presentes del Niño Jesús. El último elemento alternativo homenajea al Modernismo de Rubén Darío: un pavo real.

2. Criaturas de la montaña

El Belén Marinístico 2014
El Belén Marinístico 2014

Esta sección es la más esencial y simbólica del Belén Marinístico. El elemento clave, posiblemente la piedra angular de todo el tinglado, se corresponde con el Canguro, representante del Dadaísmo. Su institucionalización en los 90 dio lugar a la primavera del Belén Marinístico.

Los otros dos elementos son de incorporación más tardía. El primero, la Virgen de la Roca, constituye un alegato al ateísmo, porque está desafiando a la Virgen y al Niño originales, los que se hallan en el Portalito junto a San José. Esta dualidad ha sido interpretada por muchos expertos marinísticos como la propuesta más arriesgada de la Postmodernidad ante la negación de Dios.

Por último, la Locomotora es un símbolo de la Revolución Industrial, período que no puede pasar desapercibido en un Belén Marinístico. El prestigioso marinista Joey Turkey ha señalado también la importancia que el ultraísmo de Guillermo de Torre podría haber tenido a la hora de institucionalizar esta figura.

3. El paje del Rey Baltasar

El Belén Marinístico 2014
El Belén Marinístico 2014

En efecto, se trata de una reproducción de Bob Marley, el mítico jamaicano que popularizó el reggae en todo el mundo. El marinismo lo ha elegido como paje de Baltasar como forma de crear una transversalidad entre la tradición folclórica cristiana y el género pop.

4. El Pajar

El Belén Marinístico 2014
El Belén Marinístico 2014

Es una sección clásica del tradicional Belén. Pero en el Marinístico, la inclusión de al menos uno o dos pavos comunes -«gulúes», en idioma marinístico- resulta de obligado cumplimiento. En el Belén Marinístico original, los beneficios van destinados a ADGAPA (Asociación de Gulúes, Asnos y Pandas Amenazados), que apuesta por la preservación del gulú y por su exclusión de la pirámide alimenticia.

5. Los lavanderos

El Belén Marinístico 2014
El Belén Marinístico 2014

Esas célebres y entrañables figuras que se sitúan junto a las aguas del río de papel de plata… Esta es la sección a la que debemos destinar las figuritas más antiguas, aquellas que datan de los años sesenta y setenta. La razón es que nadie se fija en los lavanderos, y por tanto sus rostros -generalmente desfigurados o borrosos por el paso del tiempo- pasan felizmente desapercibidos. Así, evitamos tener que jubilarlos. Hay que señalar que, salvo raras excepciones, los lavanderos nunca fueron originalmente lavanderos. En la imagen, se aprecia una Virgen jubilada y lo que fuera antaño un pastor haciendo gachas. Hoy, lucen alegres en su nuevo papel de lavanderos.

6. Herodes

El Belén Marinístico 2014
El Belén Marinístico 2014

Sí, ese rey terrible asesino de niños… Su presencia no puede faltar. Sin embargo, el marinismo permite utilizar el reciclaje a la hora de su elección. En la imagen, podemos contemplar a un antiguo San José, ascendido a monarca. Él se ha desarrollado en la vida y nosotros podemos contar con un Herodes sin tener que adquirir uno nuevo. Lo único que debemos tener en cuenta, para su nueva caracterización, es la cercanía de su castillo -sin atender a detalles banales como la descompensación entre el tamaño de ambas figuras: en el marinismo, los símbolos se erigen como lo esencial-.

7. El Rincón de la nieve

El Belén Marinístico
El Belén Marinístico

Fue una de las primeras incorporaciones en el germen de lo que hoy conocemos como Belén Marinístico. Incluye figuras de la tradición norteamericana, como muñecos de nieve o Papás Noeles, y fauna polar autóctona, como osos o pingüinos. Dota de exotismo a nuestro Belén.

8. Espectadores

El Belén Marinístico 2014
El Belén Marinístico 2014

Es la sección más abierta y creativa de nuestro Belén Marinístico, y además permite el aprovechamiento de todos los premios de roscones, esos con los que nunca sabemos qué hacer. Estas figuras se colocan juntas, a un lado del camino principal, conformando una mirada caleidoscópica que dota de vanguardismo a toda la estructura. En la imagen, contemplamos una universitaria, varios gnomos, una rata, un gusano gigante y una chulapona.

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Estas son las secciones más tradicionales de nuestro Belén Marinístico. Con esta base, todos seréis capaces de crear el vuestro propio, añadiéndole cuantas personalizaciones queráis. No olvidéis que la Navidad, marinísticamente hablando, es época de locura y nostalgia. 

¡Felices fiestas a todos, marinistas!

Navidazonia

22 de diciembre de 1995

Querido Guili:

Mañana iremos a Navidazonia. Navidazonia es una feria de Navidad. Hay muchas cosas: Papás Noeles que dan caramelos, cabalgatas de Reyes que no paran de pasar… Lo bueno es que, aunque en el resto de sitio ya se haya terminado la Navidad, en Navidazonia siempre sigue estando.

Sin más, se despide tu amiga:

Marina

C/ San Gatos de Dueño, nº. 2, piso 1ºB. CP 28076, Gatoburgo.

Encontré esta «carta» en un viejo cuadernillo esta mañana, mientras me lamentaba de que hoy fuera Nochebuena. Una oleada de ilusión que guardaban las páginas marchitas me hizo estornudar y después sonreír -la ilusión antigua es peor que el polvo… Me invadieron unas ganas terribles de regresar a mi antigua residencia, situada en «Gatoburgo» y, más concretamente en aquella calle de «San Gatos de Dueño» en la que también se erigía la Mascotería del Miau-Miau.

Navidades del 96
Navidades del 96

Vivía allí cuando mi hermano pequeño se empeñaba llamarse como el Power Ranger Azul, y cuando yo ignoraba que su nombre, Willy, no se escribía con «gu-» -y, encima, sin diéresis-. En aquellos tiempos, la Navidad era la mejor que podía pasarte a lo largo del año -por encima, incluso, de los cumples-, por eso empezaba a poner villancicos desde septiembre -para desgracia de los que me rodeaban-, adelantándome incluso a El Corte Inglés. Pero al igual que las Navidades resultaban maravillosas, la tortura más elevada de cuantas se pudieran imaginar era cuando, unos días después de Reyes, había que quitar el decorado navideño. En mi casa, siempre lo retrasábamos lo más posible, hasta que nuestro abeto se convertía en el elemento absurdo del vecindario. Para mí, constituía un drama el fin de las Navidades.

Por eso inventé Navidazonia: un parque temático donde todo el año era Navidad. Para crearlo, confieso que me inspiré en la «Isla de los Juegos» de la película Pinocho de Walt Disney, aquella isla a la que los niños malos eran conducidos por un zorro llamado «El Honrado Juan» y, después de divertirse y de comer cuantas golosinas desearan durante toda una tarde, acababan convertidos en burros. Navidazonia lo imaginaba de ese estilo, pero más nevado y con atracciones navideñas. Incluso la figura de «los Papás Noeles que regalaban caramelos» surgían en mi mente a partir de las enormes estatuas de indios de madera que repartían puros a los niños diciendo: «Aquí se fuma… ¡fumen hasta empacharse!»

Fotograma de la película Pinocho (1940), de Walt Disney
Fotograma de la película Pinocho (1940), de Walt Disney

Qué mecanismos más extraños y retorcidos posee la imaginación infantil. Cómo echo de menos la ausencia de futuro que me embargaba, la felicidad al alcance de un acción tan poco trascendental como poner el Árbol de Navidad.

Casi veinte años después, un sentimiento de melancolía decadente me invade cuando pienso que hoy es Nochebuena. Ya no escucho villancicos, sino canciones desasosegantes de Jim Morrison. Temo encender la tele para verme asaltada por todas esas películas de finales felices y reuniones familiares bajo los ojos del bueno de «Santa». De amores que siempre llaman a la puerta el 25 de diciembre, de vidas que se arreglan y sorpresas inesperadas.

Y me parece que la tristeza es una especie de ermitaña en esta época, lo cual me hace sentirme aún más lejos. La Navidad son fiestas para disfrutar en la infancia. Después, se convierten en caldo de cultivo para la nostalgia de los días y de las personas que ya no te acompañan. Como diría Morrison: «todo está roto y baila».

Voy a pedirle al Papá Noel que nunca viene a mi casa un pasaje sin retorno a Navidazonia. Mientras lo espero, os deseo una feliz noche y me despido de la mano de Lennon…

Viajes en tren

NOTA PREVIA: Escribí este texto hace dos semanas, durante mi viaje en AVE a Barcelona, pero lo publico ahora debido a mi escasez de tiempo a causa de asuntos marinísticos y no marinísticos que me mantienen ocupada -por no decir estresada…-.

Tren AVE
Tren AVE

Últimamente, he realizado trayectos largos en tren, por lo que empiezo a considerarme gran conocedora del universo que se desarrolla en ellos. Hoy me siento generosa, aburrida y con tres horas de recorrido por delante -además de un portátil a mano-, así que he decidido profundizar en el maravilloso mundo de los viajes en tren. Comenzaremos por unos consejos prácticos para novatos:

CONSEJOS PRÁCTICOS: 

  • Entrar en el coche correcto: Un billete de tren no es como una entrada de cine, de las que vienen “no numeradas”. El billete incluye hora de salida y llegada, procedencia y destino y… número de coche y de asiento. El número de coche es lo que más nos interesa, porque algunos trenes se separan en un determinado punto del recorrido y cada coche se va por un camino distinto, puesto que tienen destinos diferentes. Aunque el revisor suele estar al tanto, recuerdo una ocasión en la que una chica que se dirigía a Hendaya acabó en Bilbao, por entrar en el coche equivocado. Así que, ya sabéis, poned especial cuidado en este punto, a no ser que tengáis un espíritu aventurero, a lo Willy Fog…
  •  La Guerra de la Ventana: Este consejo es primordial. Cuando tengáis vuestro billete, mirad atentamente el número de asiento. Consta de un número y una letra que puede ser a, b, c o d. La letra es la clave. Los afortunados que posean la o la son aquellos que tendrán derecho divino a sentarse en el lado de la ventanilla. Pero, ¡ay! Las cosas no son tan sencillas. Las malas lenguas cuentan que ya se están poniendo en marcha estudios psicológicos para analizar la misteriosa fascinación que la ventanilla de trenes, aviones, ect., produce en el ser humano. Los expertos han comenzado a hablar del “Gen Ventanilla”, que desencadena una reacción violenta al entrar en contacto con la ventanilla de un medio de transporte. Se trata de un efecto similar al acaecido en el primer día de rebajas, y que puede llegar a generar los mismos niveles de violencia. Tradicionalmente, se ha pensado que eran los niños los únicos portadores del “Gen Ventanilla”, pero los últimos estudios revelan que hay un perfil de portador mucho más peligroso, que incluye a individuos femeninos que clasificaremos como “Urracas Ventanilleras”. Estudiaremos este perfil con más detenimiento en el apartado de FAUNA, pero ahora quedémonos con un consejo muy práctico: si te ha tocado asiento con ventanilla, llega al tren lo más pronto que puedas o una Urraca Ventanillera habrá ocupado tu lugar.
  • La Odisea de la Maleta: En casi todos los trenes hay dos lugares para colocar la maleta. Uno corresponde a unos estantes cercanos al techo, que quedan por encima de los asientos. En cualquier viaje de tren, existe una máxima que no puede ignorarse: llegues a la hora que llegues, esté el tren más o menos lleno, los estantes del techo estarán SIEMPRE ocupados. Nadie ha logrado explicarse el porqué. Se ha llegado a hablar de fenómenos paranormales relacionados con objetos animados que de noche ocupan esos lugares, aunque las justificaciones más lógicas apuntan a que, tal vez, sean los propios empleados los que, para hacer la gracia, se encargan de llenar los estantes antes de que suban los pasajeros.

El segundo lugar para dejar la maleta corresponde a unas estanterías a la entrada de cada vagón, que se alzan desde el suelo y tienen varias alturas. El problema que generan es que, si tu maleta pesa mucho, habrás de encontrar un Filántropo Maletista -figura que estudiaremos en el apartado de FAUNA- si no deseas morir en el intento de colocar la maleta. Sea como sea, el caso es que, al término del viaje, tu maleta estará caída, al contrario que las que le rodean. Los expertos marinísticos han llamado a este fenómeno “Conspiración Maletil Espontánea”.

  • La Película o Ruleta Rusa: Bien es sabido que en cada viaje, Renfe te ofrece la posibilidad de visionar una película que se proyecta durante el recorrido. Para ello, te regala unos cascos con funda morada, que duran, con suerte, una puesta. Lo natural es que, aunque no vaya a ver la película, el pasajero acepte los cascos y se los guarde -”a caballo regalado, no le mires el diente”-, y es así como, en algún momento de nuestras vidas, todos nos encontramos en casa un auténtico almacén de cascos de Renfe -que, desde que les han añadido la cajita morada, parecen más serios.

En cuanto a la película… Recomiendo prudencia. La suelen anunciar al comienzo del viaje. Si te decides a verla, puedes tener suerte y conseguir un viaje rápido y entretenido a causa de un buen título, pero también puede ocurrir lo contrario, y un filme como el que ahora mismo están poniendo en mi tren, Croocs, puede acabar hundiéndote para todo el día (estudios marinísticos han demostrado que, a pesar de que una película de tren sea MALA, una vez comenzada, no dejarás de verla). Por eso, popularmente se conoce este fenómeno como “La Ruleta Rusa”.

Interior de un tren de Renfe
Interior de un tren de Renfe

FAUNA DEL TREN

A continuación expongo los perfiles más clásicos, pero pueden existir otros menos comunes e incluso es posible que se produzca una mezcla entre dos de los tipos.

  1. Urraca Ventanillera: Rápidas, estratégicas, letales. Al igual que las urracas comunes roban nidos, las Ventanilleras tienen como objetivo a corto plazo sentarse junto a la ventanilla que, por derecho divino y billetístico, te correspondería a ti. Para ello utilizan varias estrategias. La más clásica es llegar antes que tú, para que, cuando te encuentres frente a la pareja de asientos, debas enfrentarte a ella para señalarle que ese es TU sitio. Para evitar que lo hagas, pondrán cara de perdonarte la vida o, al contrario, una bondadosa e inocente sonrisa. Si a pesar de ello decides seguir adelante, la Urraca Ventanillera usará su última arma: apelar a tu compasión: “Ay, maja, ¿te da igual dejarme este sitio? Que yo me mareo…”. En este caso, te puedes considerar vencido, y desear fervientemente que, al menos, la suerte esté de tu parte y la Urraca se baje en una de las próximas estaciones.

  1. Filántropo Maletista: Una figura, esta vez, positiva. Se trata del individuo que, de forma desinteresada, te ayudará a colocar tu maleta en la estantería que hay a la entrada de cada vagón y, después, una vez cumplida su tarea, se marchará. Lo más seguro es que no vuelvas a encontrarte con él en todo el viaje, a excepción de que, al bajar, vuelvas a necesitar ayuda para coger tu maleta. En tal caso, el Filántropo Maletista volverá a hacer acto de presencia para ayudarte y, después, esta vez sí, se marchará para siempre.

  1. La Grulla Narradora: Se trata de una de las criaturas más temibles de estos lugares. Su peligrosidad es directamente proporcional al tiempo del viaje. Si te ha tocado sentarte al lado de una Grulla Narradora, la reconocerás, en primer lugar, porque tienen el inofensivo aspecto de una señora de mediana edad en adelante, bondadosa, sonriente, alegre. No te fíes. Detrás de esta fachada se esconde un ser capaz de torturarte sin piedad. Por lo general, usarán un cebo: el más común es sacar una bolsa y ofrecerte galletitas, sandwiches o caramelos. “Qué maja, la señora”, pensarás, mientras aceptas la golosina. En ese instante, te habrás convertido en su presa. El siguiente comentario por su parte será banal, cortés, pero en los siguientes minutos, te hallarás envuelto en la laberíntica historia de su familia: hijos, nueras, yernos, nietos que sacan buenas notas, marido… Las narraciones podrán alcanzar el momento de la boda de la propia Grulla o incluso remontarse tiempo atrás, de modo que te capacitarán para escribir una versión contemporánea de los Cien años de soledad. Ante la Grulla Narradora, solo hay una escapatoria posible: hacerse el dormido. Esta estrategia las incapacita de modo inmediato…

  1. Los Verduleros: Figura que puede resultar trágica o cómica, dependiendo de las condiciones del viaje y de tu mayor o menor grado de aburrimiento. El arma de un Verdulero es el teléfono móvil, y lo utilizará para hablar por él durante la mayor parte del recorrido -a voces, sin ningún tipo de pudor-. No esperéis conversaciones trascendentales: tratarán sobre las notas del cole de la niña, sobre que Pepe tiene que hacer la compra después de ir a buscarla, “Mamá, ya estamos llegando” o lo mala que es la novia, que le ha dejado por liarse con otra… A veces, una conversación verdulera puede ser digna sustituta de la Película / Ruleta Rusa. En otras ocasiones, puede hacerte perder los nervios. Para este segundo caso, recomiendo tener un reproductor de música a mano,

  1. Ejecutivo Agresivo: Trajeado, Blackberry en mano, tablet u ordenador portátil: todo por si nos había quedado alguna duda de que iba en viaje de negocios. Se mueven con soltura por el tren, demostrándonos que lo consideran casi un hábitat autóctono. Suelen ser inofensivos, a no ser que la conversación por Blackberry con el jefe o el empleado de turno se alargue más de lo necesario.

  1. Chinos: Van en grupo, llevan siempre una cámara con la que fotografiarán incluso las instrucciones de cómo salir del tren en caso de emergencia…

  1. El Durmiente: Se trata de la mejor opción de acompañante. En la mayoría de los casos, el Durmiente portará un reproductor de música con cascos. Tardará de diez a quince minutos en quedarse dormido, resultando una bendición para quien tenga la suerte de haberse sentado a su lado. La beatitud del Durmiente solo puede corromperse cuando es aficionado a echar hacia atrás el respaldo de su asiento, haciéndole la vida imposible al pasajero de detrás…

  2. El Friki: Un ejemplo es quien esto escribe. Se nos distingue por la expresión de aburrimiento y por llevar un ordenador portátil o tablet con el que tratar de combatirlo. Somos inofensivos y, además, incrementamos nuestra capacidad creativa con estas disquisiciones…

Estación de Barcelona-Sants
Estación de Barcelona-Sants

NOTA FINAL: Como os decía, escribí este texto de camino a Barcelona, ciudad de Piccasso, de Gaudí y de José Agustín Goytisolo, escenario de todas esas novelitas de Zafón que igual que nos fascinaron, pasaron a aburrirnos al descubrir que todas contenían la misma historia, pero con distintos títulos.

Aunque la ciudad, lo que es la ciudad, la vi poco, porque me absorbió el Congreso sobre Exilios republicanos celebrado en la Universidad Autónoma de Barcelona, en el cual participé con una ponencia sobre Rafa. Rafa Alberti, ya sabéis…