Sólo buscaba un lugar más o menos propicio para vivir, quiero decir: un sitio pequeño donde cantar y poder llorar tranquila a veces. En verdad no quería una casa; Sombra quería un jardín. […] Pero cada vez que visitaba un jardín comprobaba que no era el que buscaba, el que quería. Era como hablar o escribir. Después de hablar o escribir siempre tenía que explicar:
-No, no es eso lo que yo quería decir.
Y lo peor es que el silencio también la traicionaba.
-Es porque el silencio no existe -dijo.
El jardín, las voces, la escritura, el silencio.
-No hago otra cosa que buscar y no encontrar. Así pierdo las noches.
Sintió que era culpable de algo grave.
-Yo creo en las noches -dijo.
A lo cual no supo responderse: sintió que le clavaban una flor azul en el pensamiento con el fin de que no siguiera el curso de su discurso hasta el fondo.
Estar cansado tiene plumas,
tiene plumas graciosas como un loro,
plumas que desde luego nunca vuelan,
mas balbucean igual que loro.
Estoy cansado de las casas,
prontamente en ruinas sin un gesto;
estoy cansado de las cosas,
con un latir de seda vueltas luego de espaldas.
Estoy cansado de estar vivo,
aunque más cansado sería el estar muerto;
estoy cansado del estar cansado
entre plumas ligeras sagazmente,
plumas del loro aquel tan familiar o triste,
el loro aquel del siempre estar cansado.
Cuando nada sucede,
y el verano se ha ido,
y las hojas comienzan a caer de los árboles,
y el frío oxida el borde de los ríos
y hace más lento el curso de las aguas;
cuando el cielo parece un mar violento,
y los pájaros cambian de paisaje,
y las palabras se oyen cada vez más lejanas,
como susurros que dispersa el viento;
entonces,
ya se sabe,
es lo que pasa:
esas hojas, los pájaros, las nubes,
las palabras dispersas y los ríos,
nos llenan de inquietud súbitamente
y de desesperanza.
No busquéis el motivo en vuestros corazones.
Tan sólo es lo que dije:
lo que pasa.
Ángel González, Muestra, corregida y aumentada, de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan
Siendo joven, bastante tímido y demasiado apasionado, lo que le pedía a la música eran alas para escapar de aquellas gentes extrañas que me rodeaban, de las costumbres que me imponían, y quién sabe si hasta de mí mismo.
(Luis Cernuda, Ocnos)
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A Luis Cernuda le apasionaba la música. De niño, pasaba las horas escuchando el piano de su vecino, deleitándose con las notas delicadas y ligeras de Mozart o las más graves de Bach, que para él eran una suerte de versos compuestos por el aire. Beethoven en cambio, no era «genio de su devoción», como él mismo confesaba. Admitía que esto se debía a prejuicios arraigados en su juventud, cuando Beethoven no le parecía lo suficientemente refinado. De él decía que era «un genio bastante casero, con la grandeza del genio desde luego, pero también con cierta subterránea vulgaridad». Mozart, en cambio, era «la música misma», como lo define en el poema que lleva su mismo nombre, escrito en sus últimos años. La huella de la música clásica, y de la más popular, la hallamos en poemas: «Scherzo para un elfo», «El arpa», «Música cautiva», «A dos voces», «Luis de Baviera escucha Lohengrin«… y también en relatos, como «El sarao».
En 1928, cuando abandonó Sevilla para ocupar un puesto de lectorado en la Universidad de Toulousse, tuvo ocasión de familiarizarse con los bailes modernos que sacudían aquellos alegres años veinte. Un jovencísimo Cernuda de 26 se fascinaba con los tangos, el jazz y el fox-trot, aprendiendo los pasos, contagiándose de la moda parisina y fumando cigarrillos blancos. En «Un río, un amor», poemario escrito en aquellos años, sorprendemos poemas como «La canción del oeste» -un amor que se aleja envuelto en melodía- o «Quisiera estar solo en el sur», que toma su título de una pieza de fox-trot de la época.
Cada verso cernudiano lleva música. La música va inserta en cada uno de sus poemas, en los que la Naturaleza parece dirigir de manera invisible un concierto perfecto. Cernuda buscaba «el acorde», un broche musical de éxtasis que expresaba la intemporalidad, la inmortalidad de la poesía, su fusión con los elementos naturales. El poeta, para Cernuda, simbolizaba una especie de divinidad.
Luis Cernuda en los años 30
Vuelvo otra vez a la tristeza. Verdaderamente no puedo vivir sin tener al lado algo o alguien por quien sentir afecto. Y estoy solo. Aunque Prados, Altolaguirre, Hinojosa me acompañan siempre, su compañía no me basta. Sé que esto, decir esto, está mal: es ser ingrato para quienes tanto afecto me demuestran. Pero no estoy en mi sitio; lo siento físicamente y espiritualmente. Lo mismo me ocurrirá en Madrid. Pero ¡qué le vas a hacer! La vida es así, como dice un tango que oímos la otra noche en Eritaña. Ya no puedo volverme atrás. Esto no se lo diría a Salinas; ya se lo que diría: ¡Falta de vitalidad!. No lo creo así. Sé lo que me falta; pero mejor sería que no lo supiera.
(Carta de Luis Cernuda a su amigo Higinio Capote fechada en Málaga, a finales de la década de los veinte)
Tras leer esta carta por primera vez, me pregunté de qué tango podría tratarse. En aquellos años, trataba yo de bucear por el alma del poeta buscando conocerle, a pesar de no hallarse él entre los vivos, pero habiendo sorprendido un «acorde» entre su obra y mi propia alma.
Me maravillaba la idea de poder emocionarme con una canción que él había hecho suya muchos años atrás. Experimentar una sensación que me uniera a él, a pesar del desierto de tiempo que nos separa, «y alcanzar aquel muro del espacio, separando mis años de los suyos pasados», por introducir una variación en su poema «A un poeta futuro«.
Y encontré aquel tango: «No te quiero más». Compuesto por Juan Baüer e interpretado por Carlos Gardel, ¡cómo no!, uno de los ídolos de Luis Cernuda. Hoy, 21 de septiembre, se cumplen 111 años del nacimiento del poeta, y yo le regalo este tango a su memoria:
Como todo pottermaníaco sabrá, se trata de una guía de criaturas mágicas que los protagonistas de la saga -Harry, Ron y Hermione- utilizan como libro de texto. Aunque el libro está realmente escrito por Rowling y se puede adquirir en librerías, en la ficción la autoría se atribuye a un tal Newt Scamander.
Muchos se preguntarán qué diablos se puede sacar de una guía de bichos mágicos, en la que no hay argumento, personajes o historia. La respuesta es fácil: la Rowling se ha quedado sin libros para ofrecer a Warner y tiene que sacar algo de debajo de las piedras, si es necesario.
Según lo que he podido leer, la historia se remontará a setenta años antes del momento en que comienza Harry Potter y la piedra filosofal, el primer libro de la saga. Respetará el universo pottérico, pero no aparecerán los personajes que ya conocemos. El protagonista será Newt Scamander, el autor del libro en la ficción. La autora, en comunicado oficial, también ha dejado claro que Animales fantásticos y dónde encontrarlos no es ni una precuela ni una secuela de la serie de Harry Potter, sino una extensión del mundo de los magos.
La escritora británica J. K. Rowling
Lo cierto es que, al leerlo, no he podido evitar pensar en la llegada a los cines de El Hobbit, la precuela de El Señor de los Anillos, cuando las tres películas con Frodo como protagonista no dejaban lugar para una continuación de la historia, y ya se había chupado todo lo posible y más del asunto. En ese caso, aún tenían la excusa de que J. R. R. Tolkien había escrito El Hobbit como una novela; eso sí, una y no tres. Que lo de pretender sacar tres películas de una novela que no da para tanto nos conduce a la terrible consecuencia de tragarnos una primera parte en la que -amantes del universo tolkiniano, perdonadme- sobra película por todas partes, lo mires como lo mires.
Es la manía de siempre de exprimir al máximo un producto de éxito masivo, como lo de andar sacando precuelas de las películas de X-Men con los orígenes de los personajes. Pero, insisto: al menos El Hobbit o Lobezno: los orígenes tienen una referencia literaria -novela y cómics, respectivamente. ¿Qué va a sacar la Rowling de una guía de criaturas mágicas?
Cartel de la película dirigida en 2012 por Peter Jackson
Y de verdad, más fan de Harry Potter que yo habrá poca gente en el mundo. A nadie le gustaría más que a mí que la historia del «Niño que vivió» continuara, o que su autora nos contara detalladamente las aventuras que vivieron el padre de Harry y sus amigos, los Merodeadores. Sobre todo, para compensar el hecho de cargarse a todo bicho viviente -hasta la lechuza, ¿¿por qué??- en la última entrega de la saga: Harry Potter y las reliquias de la muerte.
A nadie le gustaría más que a mí que las aventuras pottéricas continuaran, pero permitidme ser escéptica ante la capacidad creativa que todavía le queda a Rowling. Y si no, remito a la tristísima página creada por la autora el año pasado, una mezcla entre red social y e-book que permite a los lectores «interactuar» con el universo pottérico en su versión digital. Estoy hablando de Pottermore, un proyecto que se mantuvo con un gran secretismo y altas expectativas, y que luego resultó ser una página dirigida a un público infantil o bobo, en el que ni siquiera te permiten comunicarte con otros usuarios ni elegir tu nombre, imponiéndote algunos tan «molones» como «DraconisWild727» o «EscobaGato3».
Lo único que merece la pena de Pottermore es el test de la Ceremonia del Sombrero Seleccionador, que te sitúa en una de las cuatro casas del Colegio Hogwarts: Gryffindor -valientes de corazón-, Ravenclaw -inteligentes y eruditos-, Hufflepuff -buenos y leales- y Slytherin-astutos y ambiciosos. Hay muchos test similares en Internet, pero este es el oficial, elaborado por la autora, y el más fiable, porque va cambiando las preguntas para que no puedas cocinarlo, además de que las preguntas planteadas no están relacionadas directamente con la valentía, la lealtad o cualquiera de las características prototípicas de cada casa. No puedes responder las que crees que te conducirán a tu casa favorita…
(En este punto puedo afirmar con orgullo que yo caí en Gryffindor…)
Escudo de la casa Gryffindor
Este nuevo proyecto de Rowling basado en Animales fantásticos y donde encontrarlos ha sido anunciado por la propia autora, así que podemos afirmar que no se trata de un rumor falso como el que sacudió las redes hace unos meses, cuando desde una cuenta de Twitter se lanzó el bombazo de que la escritora publicaría dos nuevos libros de la saga de Harry Potter, resultando tratarse de una mala interpretación de un video antiguo en el que Rowling anunciaba el lanzamiento de Pottermore…
Y es que, ¿por qué no confesarlo? Todavía no conseguimos asumir que la aventura de Harry haya terminado… El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería sigue siendo el lugar más maravilloso para huir de la realidad, sobre todo para los que hemos ido creciendo a la par que el joven mago…
El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería en las películas de Warner Bros