Gram Parsons y The Flying Burrito Brothers

Se cumplen 40 años del fallecimiento en 1973 de Gram Parsons, famoso por haber liderado la banda de country rock The Flying Burrito Brothers.

El cantante estadounidense Gram Parsons
El cantante estadounidense Gram Parsons

Hoy el nombre de The Flying Burrito Brothers puede resultar cómico para cualquiera que no sea un aficionado al rock clásico, pero en 1969 era la sensación explosiva del momento. Los Flying participaban en conciertos junto a grupos míticos como The Doors u otros de surgimiento reciente y que aún no habían formado su propia leyenda, como Led Zeppelin. Con su llegada desterraron a exitosos grupos de country rock de los sesenta: Buffalo Springfield o The Byrds. De este último, precisamente, surgía Gram Parsons, que fue miembro fugazmente durante el año 1968. The Byrds habían alcanzado el éxito versionando temas de Bob Dylan, como «Mr. Tambourine Man» o la famosa «Turn! Turn! Turn!» de Pete Seeger -ambos del año 1965-.

En 1968, coincidiendo con la llegada de un jovencísimo Gram Parsons a la banda -que sustituía a David Crosby-, The Byrds abandonaron sus postulados folk y psicodélicos para abrazar un country rock más puro, más tradicional. Gram Parsons grabó un disco junto a ellos:  Sweetheart Of The Rodeo.

The Byrds en 1968. Gram Parsons es el segundo por la izquierda
The Byrds en 1968. De izquierda a derecha: Kevin Kelley, Gram Parsons, Roger McGuinn y Chris Hillman

Tras la grabación de Sweetheart Of The Rodeo, un conflicto interno en el grupo hizo que Gram Parsons se apartara de él, seguido por otro miembro: Chris Hillman. Junto al guitarrista Pete Kleinow -«Sneaky»- y al bajista Chris Ethridge, fundaron The Flying Burrito Brothers, debutando en 1969 con su primer disco: The Gilded Palace Of Sin.

Mientras tanto Roger McGuinn, líder de The Byrds, pagó su resentimiento con Parsons -por haberse marchado del grupo- regrabando Sweetheart Of The Rodeo, eliminando en la regrabación la mayoría de aportaciones vocales del joven, que interpretaba la voz principal en varios temas de la versión original. McGuinn era de la opinión de que la marcha de Parsons se debía, en realidad, a su necesidad de acercarse a Mick Jagger y Keith Richards, miembros de The Rolling Stones con los que había trabado amistad, sobre todo por su común afición a las drogas y al alcohol, adquirida por Parsons en la segunda mitad de los sesenta.

Sea o no verídico, lo cierto es que ambos Rolling escribieron para Parsons el tema «Wild Horses«, que los Flying Burrito Brothers incluyeron en su segundo disco, lanzado en 1970: Burrito Deluxe.

Gram Parsons junto a Keith Richards, de los Rolling Stones
Gram Parsons junto a su amigo Keith Richards, de los Rolling Stones

The Flying Burrito Brothers supuso una revolucionaria vuelta al country rock más tradicional en un momento histórico en el que triunfaban la psicodelia y los primeros ritmos electrizados. En la casa del Valle de San Fernando que utilizaban como estudio, apodada «Burrito Manor», Gram Parsons componía letras que hablaban sobre drogas, mujeres y cuestiones sociales, que calaron rápidamente entre la juventud norteamericana. El primer disco, The Gilded Palece Of Sin (El Palacio Dorado del Pecado), fue todo un éxito, y dejó atrás a los reconstituidos Byrds. Los Flying, con sus llamativos trajes de country western, se habían abierto paso en el territorio vedado de las leyendas del rock. Inolvidables resultan algunas composiciones originales de Parsons y Hillman, como «Sin City«, «Juanita«, «Wheels» o «Hot Burrito #2«.

The Flying Burrito Brothers en 1969. Atrás: chris Ethridge y Gram Parsons. Al frente: Chris Hillman y Sneaky Pete Kleinow
The Flying Burrito Brothers en 1969. Atrás: Chris Ethridge y Gram Parsons. Al frente: Chris Hillman y Sneaky Pete Kleinow

Gram Parsons vivió muy deprisa e intensamente, como corresponde a toda legendaria estrella del rock. Perteneciente a una familia adinerada de Florida, los Connor -su verdadero nombre era Cecil Ingram Connor III-, tocaba varios instrumentos desde niño y era un gran aficionado a Elvis Presley. Cuando tenía 12 años, su padre se suicidó con un tiro en la cabeza. Siete años más tarde, su madre moriría alcohólica.

Gram, como la mayoría de rockeros de los sesenta, se fue internando cada vez más en las drogas; en su caso, se inclinó más hacia la heroína y la cocaína que hacia los alucinógenos, que comenzaban a pegar fuerte entre los hippies. Carismático, alegre y con madera de líder, se codeó con los Rolling Stones y actuó en Seattle Pop Festival celebrado en Washington en 1969, junto a Led Zeppelin, The Doors, Chuck Berry, The Byrds y otros grupos legendarios. En dicho festival, incluso llegó a compartir el asiento trasero de un Cadillac con Jim Morrison y, aunque en teoría los dos estaban demasiado ebrios para mantener una conversación coherente, lo cierto es que fue el manager de Parsons el que tuvo que sacar a Jim del coche unas horas después, cuando le tocaba actuar junto a su grupo.

En 26 años, Gram Parsons tuvo tiempo de ser miembro de varios grupos, iniciar los estudios universitarios de Teología, casarse e incluso comenzar una carrera musical en solitario, después de que el segundo disco de The Flying Burrito Brothers, Burrito Deluxe, no fuera bien acogido por el público. Sin embargo, sus tímidos inicios como cantante en solitario pasaron bastante desapercibidos en el momento, sobre todo porque Parsons estaba ya muy afectado por su drogadicción. El único disco que grabó, Grievous Angel, salió a la venta póstumamente en 1974.

A Gram Parson le faltaron unos meses para ingresar en el siniestro Club de los 27, como es llamado el grupo compuesto por Brian Jones, Jimi Hendrix, Janice Joplin y Jim Morrison, entre otros nombres, unidos por fallecer a los 27. Parsons tenía sólo 26 cuando fue encontrado muerto en un motel. La causa de la muerte fue una sobredosis de heroína, morfina y tequila.

Cuarenta años después de su muerte, los nombres de Gram Parsons y de los Flying Burrito Brothers no son tan conocidos como merecerían serlo, teniendo en cuenta el éxito que alcanzaron en su día. Tristemente, solo son recordados con cariño por los nostálgicos del country rock, y por algunos melómanos. Pero todo resurge, en un momento u otro, y yo aprovecho para resucitar el que posiblemente sea el tema más exitoso de la banda, además de mi favorito.

«Christine’s Tune», perteneciente al primer álbum de los Flying, cambió su nombre más adelante por el de «Devil in disguise» («Demonio encubierto»), debido a que Christine, la chica en la que se inspiraba la canción, falleció en un accidente de automóvil. Tras aquello, a los Flying no les pareció ético que su nombre figurara en el título, por esa costumbre de no hablar mal de los muertos -porque bien, precisamente, no hablaban de ella-. En el video que os dejo, podemos ver a Chris Hillman y Gram Parsons turnándose para cantar cada estrofa:

«Unhappy Girl», The Doors

Unhappy girl, left all alone,
playing solitaire,
playing warden to your soul.

You are locked in a prison
of your own devise.
And you can’t believe
what it does to me
to see you
crying.

Unhappy girl,
tear your web away,
saw thru all your bars,
melt your cell today.
You are caught in a prison
of your own devise.

Unhappy girl,
fly fast away,
don’t miss your chance
to swim in mystery.
You are dying in a prison
of your own devise…

Muchacha infeliz, 
te han dejado tan sola, 
jugando a solitarios, 
jugando a ser guardiana de tu alma. 
Estás encerrada en una prisión 
de tu propia invención. 
Y no te imaginas
lo que para mí supone 
verte 
llorar. 

Muchacha infeliz, 
rompe tu tela de araña,
sierra todos los barrotes, 
derrite hoy tu celda.
Estás dentro de una prisión 
de tu propia invención. 

Muchacha infeliz, 
vuela rápido lejos, 
no pierdas la oportunidad 
de adentrarte en el misterio. 
Te estás muriendo en una prisión 
de tu propia invención…

«Angie», The Rolling Stones

Angie, Angie, when will those clouds all disappear?
Angie, Angie, where will it lead us from here?
With no loving in our souls and no money in our coats
you can’t say we’re satisfied.
But Angie, Angie, you can’t say we never tried.
Angie, you’re beautiful, but ain’t it time we said good-bye?
Angie, I still love you, remember all those nights we cried?
All the dreams we held so close seemed to all go up in smoke…
Let me whisper in your ear:
Angie, Angie, where will it lead us from here?

Oh, Angie, don’t you weep, all your kisses still taste sweet.
I hate that sadness in your eyes.
But Angie, Angie, ain’t it time we said good-bye?
With no loving in our souls and no money in our coats
you can’t say we’re satisfied.
But Angie, I still love you, baby,
ev’rywhere I look I see your eyes.
There ain’t a woman that comes close to you.
Come on baby, dry your eyes.
But Angie, Angie, ain’t It good to be alive?
Angie, Angie, they can’t say we never tried…

Angie, Angie, ¿cuándo desaparecerán todas esas nubes? 
Angie, Angie, ¿hacia dónde nos conducirá esto? 
Sin amor en el alma ni dinero en el bolsillo 
no puedes considerarnos satisfechos. 
Pero, Angie, Angie, 
no puedes decir que no lo intentásemos. 

Angie, eres preciosa, pero, ¿no es hora ya de decirnos adiós? 
Angie, aún te sigo amando, ¿recuerdas todas aquellas noches que lloramos? 
Todos los sueños que abrazamos con fuerza 
parecen haberse esfumado. 
Déjame susurrarte al oído: 
«Angie, Angie ¿hacia dónde nos conducirá esto?» 

Oh, Angie, no llores; todos tus besos son aún dulces. 
Odio esa tristeza en tus ojos… 
Pero Angie, Angie… ¿no es ya el momento de decirnos adiós? 
Sin amor en el alma ni dinero en los bolsillos no puedes considerarnos satisfechos. 
Pero Angie… aún te amo, nena. 
Allá donde mire, veo tus ojos;
ninguna mujer puede compararse a ti. 
Venga, nena, sécate los ojos. Pero, Angie, Angie, 
¿no es maravilloso permanecer vivos? 
Angie, Angie, 
nadie podrá decir que no lo intentamos.

«The Crystal Ship», The Doors

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Before you slip into unconsciousness
I’d like to have another kiss,
another flashing chance at bliss,
another kiss, another kiss.

The days are bright and filled with pain.
Enclose me in your gentle rain.
The time you ran was too insane,
we’ll meet again, we’ll meet again.

Oh’ tell me where your freedom lies,
the streets are fields that never die,
deliver me from reasons why
you’d rather cry, I’d rather fly.

The crystal ship is being filled
a thousand girls, a thousand thrills,
a million ways to spend your time;
when we get back, I’ll drop a line.

Antes de que te deslices en la inconsciencia, 
me gustaría tener otro beso, 
otra fugaz oportunidad de éxtasis, 
otro beso, otro beso. 

Los días son luminosos y llenos de dolor. 
Enciérrame en tu lluvia amable.
Los tiempos que viviste eran demasiado locos,
volveremos a encontrarnos, volveremos a encontrarnos. 

Oh, dime dónde descansa tu libertad.
Las calles son campos que nunca mueren. 
Explícame las razones por las que 
tu preferirías llorar y yo preferiría volar. 

El barco de cristal se está llenando 
de miles de chicas, miles de estímulos, 
miles de maneras de pasar el rato; 
cuando regresemos, escribiré un verso.

En Madrid, tenemos a Rosendo

Un original artículo de la revista Rolling Stone dibuja un mapa musical de España:

"Mapa musical ibérico" según la Rolling Stones
«Mapa musical ibérico» según la Rolling Stone

Aunque en algunas regiones no coincido con lo que la Rolling Stone considera «lo más representativo» -pobres sevillanos, con Tote King a la cabeza; y en Barcelona no se menciona a Loquillo, ¡un crimen!-; lo que resulta indiscutible es que Zaragoza es el reinado de Enrique Bunbury, y tampoco me parece mal situar a Siniestro Total como la banda «oficial» de Vigo -no hay que negarle el mérito, aunque no sea santo de mi devoción. ¿Curiosidades? Los Flechazos, en León. Muy grandes, con aquel temazo tan happy y ochentero de «Viviendo en la era pop», que serviría para acompañar algún cuadro de Lichtenstein…

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Y en Madrid, tenemos a Rosendo.

El cantante Rosendo Mercado
El cantante Rosendo Mercado

Rosendo Mercado, nacido en 1954 en Madrid, en «Este Madrid», donde ni las ratas pueden vivir. Ya sabemos que cuando dijo aquello de que «Este Madrid es una mierda» no iba en serio, porque en toda su vida no se ha movido de Carabanchel Bajo, el barrio donde se crió. Y es que Rosendo es madrileño y carabanchelero de pro, tanto que los vecinos del barrio reivindican que se levante una escultura suya. Como carabanchelera originaria -sí, viví en su barrio hasta los seis años y medio- me uno a la propuesta…

Rosendo alcanzó la popularidad a partir de 1977, cuando formó la banda Leño junto con Ramiro Penas, el batería, y Chiqui Mariscal, bajista -que después del primer disco sería sustituido por Tony Urbano. Quedaban tres años para la llegada de la Movida madrileña, donde Rosendo gritaría aquello de: «No pienses que estoy muy triste si no me ves sonreír; es, simplemente, despiste… ¡Maneras de vivir!«

Tiempos en los que el porteño Moris hacía tronar España con su «Sábado a la noche» y el rock urbano nacional daba sus primeros -pero poderosos- pasos.

Te busco y estás ausente;

te quiero, y no es para ti.

A lo mejor no es decente…

¡Maneras de vivir!

Voy aprendiendo el oficio:

olvidando el porvenir.

Me quejo sólo de vicio…

¡Maneras de vivir!

A lo mejor no era decente, pero precisamente en ese punto residía el magnetismo insuperable de Leño, el que lo hizo sobrevivir en medio de la Movida, donde el rock duro no estaba a la orden del día. Pero Leño tenía algo especial: un cierto regusto de barrio, de pelo largo y letras canallas que resultaban poéticas dentro de su indecencia. Un Rosendo «loco por incordiar» y por pegar fuerte, duro, con su guitarra. «Voy de aspirante a debutante y no doy más… Llegará mi oportunidad».

Y llegó su oportunidad, vaya que si llegó. Y permanecería viva después de que Leño se disolviera en 1983 y él siguiera su carrera en solitario -con sencillos tan originales como «Masculino, singular», de 2002-, continuando hoy en activo, a sus 59 años. Y es que los viejos rockeros nunca son viejos del todo…

Rosendo es la base del rock nacional de las últimas décadas: desde Platero y tú hasta Pereza, pasando por Barricada o Extremoduro. Rosendo es el rock urbano; es Carabanchel Bajo y es el Madrid de finales de los setenta -y también, por qué no, el de ahora.

Y hace poco, se anunciaba que los tres miembros de Leño volverían a unirse, de forma temporal, con motivo de la publicación de una biografía escrita por los periodistas Kike Babas y Kike Turrón, titulada Maneras de vivir: Leño y el origen del rock urbano.

No podemos ignorar la euforia que todavía nos invade cuando escuchamos clásicos de Leño… La rebeldía no pasa de moda. Definitivamente, es un orgullo afirmar que, en Madrid, tenemos a Rosendo.

El cantante Rosendo Mercado
El cantante Rosendo Mercado