Reseña de Andrés París sobre «Los despertares» y «Mi nombre de agua»

Mi buen amigo y compañero de devenires literarios, Andrés París, ha tenido el detalle de escribir sus líricas impresiones acerca de mis dos poemarios, Los despertares y Mi nombre de agua. A sus 21 años, Andrés es autor de dos libros de poesía: Sonetos y velas vanguardistas (Círculo Rojo, 2011) y Entre el infinito y el cero (Poeta de Cabra, 2015), de los que pronto hablaré por aquí. Y sin más, os dejo con sus palabras acerca de mis obras:

Ser bioquímico pasa factura en los análisis, consciente soy, y algunos autores escriben en una continua y cambiante gran obra que ha de verse en perspectiva. Creo que es el caso, ocurre cuando la vida se hace indistinguible de los poemas y estos son hermosamente jóvenes. Dos poemarios, un hilo que evoluciona desde un joven azul monocromático de infancias y dibujos de Darío -tal vez tímido y preocupado en no resultar demasiado simple- hasta una sorprendente y atractiva policromía de lo cotidiano. La música se mantiene como una lluvia que espera al otro lado de la página en todos los versos. No asustan algunas rimas y al final no es necesario emplear los mismos símbolos, porque el miedo se ha dejado en el pasado. Hay esperanzas que contraen experiencia y mucho con lo que sentirse implicado.

¿Dónde está la princesa que se perdió una noche
en alguno de los palacios que componen
su ligero esqueleto de libélula?

De «Praga (para leer a ritmo de vals)», de Los despertares.

Kerouac, Morrison, Alberti… son algunos de los personajes poéticos que encarnan lecturas y emociones personificadas anteriormente en la Bella y Alicia. El despertar despierta y se dirige a nosotros con voz varias eternidades levantadas. Hay una mirada nostálgica hacia su propio yo que recuerda al relato «El otro» de Borges. La poesía de la definición alcanza una cota excelente y brilla siempre por el verbo «ser» en tercera persona.

Era una flor azul la que me tendías. Demasiado azul para clavármela en el fondo de la garganta. La rechacé suavemente.

De «Azul», de Mi nombre de agua.

Hay un aura de comunicación urbana, una coda, entre neones en la noche, tacones y luces en los bajos junto a Moriarty. Las imágenes son del siglo pasado y la fuente no cesa en una prosa poética subordinada, al principio solo simple y directa, que alterna valiente con las aceleraciones de la cursiva y los versos estrofa. Hay una huida hacia las ciudades de los poetas con «alguien más», de ojos incoloros e ignotos, de presencia amable y fantasmal que nunca llega.

Te vas otra vez, despacio, como arrepintiéndote. La ciudad comienza a desvanecerse de nuevo en el gris de los aires, y una pregunta se queda flotando en la niebla.
¿Quién eres?.

De «Alguien más», de Mi nombre de agua.

Hay plasticidad en cada neumático y guillotina, en los objetos imaginados y su contexto traído elegantemente a los mentados. Hay una transición prudente en cada esquina y ninguno se queda umbrío por muy elevado que ramifique el árbol de sucesiones. La boca se vuelve el centro de la tierra.

Bésame hasta que no te queden primaveras
en las encías.

De «Como si no te conociera», de Mi nombre de agua.

Y como adelanto, hay valses que serán otra historia con acotaciones y movimientos en los bailarines del próximo poema.

Entrevista para «Experiencias literarias»

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Esta noche, os recomiendo visitar la web Experiencias literarias, cuyo equipo realiza una magnífica labor por la difusión de la cultura, entrevistando a nuevos talentos.

Hoy me han entrevistado a mí. La entrevista ha corrido a cargo de Carlos Desán, un enamorado del arte, muy polifacético, que también dirige la página Ochenta’s, centrada en las décadas doradas del pop-rock.

Ha sido una entrevista completísima en la que hemos tocado muchos temas: desde mis dos poemarios, pasando por mi faceta rockera, hasta llegar a algo tan irreverente como… el marinismo.

Os dejo aquí el podcast de la entrevista.

Gracias a Carlos Desán y al equipo de Experiencias literarias.

Entrevista en Radio La Isla

radio la isla

Mi buen amigo y gran poeta Paco Ramos Torrejón, autor de El aprendizaje del miedo (Lápices de Luna, 2015), me entrevistó el pasado martes 23 de agosto en su espacio radiofónico La Duermevela de Radio La Isla. Hablamos de mi segundo poemario, Mi nombre de agua, y también del primero: Los despertares. La entrevista dio paso a un interesante debate acerca de las últimas tendencias poéticas, que consisten en la mezcla de géneros.

Aquí os dejo el enlace al podcast para que escuchéis la entrevista, a cargo de Paco y de su compañera Nazaret Medina.  ¡Fue para mí muy emocionante!

Presentación en Madrid de «Mi nombre de agua»

PORTADA
Portada de Mi nombre de agua, publicado en Ediciones de la Torre, 2016

Seguimos recordando los devenires de mi segundo poemario durante el mes de junio. Hoy quiero aludir a la presentación que tuvo lugar el pasado viernes 24 de junio en Madrid: una velada memorable, a pesar de que se cernía sobre mí la terrible sombra de las calificaciones del examen de oposición, que presentía -y no me equivocaba- funestas. Pero su proximidad no logró ensombrecer lo que se convirtió en una de las noches más bonitas de mi «carrera» literaria, gracias a las personas que me apoyaron y me transmitieron, con su presencia y su entusiasmo, la fuerza que necesitaba.

Fue en el precioso Pabellón del Espejo, en el Paseo de Recoletos. Allí ya había presentado en 2014 mi primer poemario y había quedado fascinada por el espíritu lírico, romántico, que desprendía, con su estilo art decó armonizado con las preciosas cristaleras. Los camareros, además, no podían ser más amables y solícitos con nosotros.

En la mesa, me acompañaron el editor, José María de la Torre -que ha vuelto a depositar su confianza en mis versos al publicarme Mi nombre de agua– y Eduardo Pérez-Rasilla, profesor de literatura de la Universidad Carlos III de Madrid. Su asignatura fue una de las únicas por las que no me arrepiento de haber estudiado Periodismo. Eduardo, con su sabiduría y su maravillosa capacidad para bucear por las aguas turbulentas de la literatura, hizo un análisis completo de mi obra, acertando plenamente respecto a su esencia.

Además conté con el inestimable acompañamiento musical de dos grandes de la guitarra eléctrica: Juan Casado y Álvaro Gabaldón, integrantes de la banda de rock The Vagus Group, y la ayuda técnica de Jacinto, trabajador del CEIPSO Tirso de Molina.

Junto a mí, recitaron poemas del libro, además de mi padre, mis queridos poetas compañeros de generación: María Agra-Fagúndez, Rebeca Garrido, Alberto Guirao, Eric Sanabria y Javier Lozano.

Entre el público asistente había familia, amigos cercanos, amigos más lejanos cuya presencia me sorprendió maravillosamente y conocidos interesados en mi libro. Hubo poetas y lectores de poesía; hubo personas a las que no les fascina la lírica, pero estuvieron allí por el aprecio que sienten por mí. Me sentí muy arropada y me encantó que el público disfrutara con el recital, porque la mayor aspiración de cualquier escritor es la de transmitir algo a quienes lo leen, a quienes lo escuchan: «Su canto asciende a más profundo cuando, abierto en el aire, ya es de todos los hombres» (Rafael Alberti).

Os dejo unas fotografías del acto tomadas, en su mayoría, por Javier Lozano, y por otros amigos que estuvieron presentes y tuvieron la amabilidad de enviármelas:

Y por último, una serie de vídeos de algunos poemas de la obra que recitamos a lo largo del acto, grabados por Javier Lozano:


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«Mi nombre de agua» en la Feria del Libro de Madrid

IMG_8805Ahora, a mediados de julio, os traigo las fotos que tomamos en los tres días que estuve firmando Mi nombre de agua en la Feria del Libro (también firmé algunos ejemplares de mi primer poemario, Los despertares, y de la antología 40 sonetos de amor).

Este ha sido mi tercer año consecutivo en «la otra orilla» de la Feria -es decir, dentro de las casetas; como autora y no como visitante.

Igual que en las otras dos ocasiones, fue muy bonito encontrarme con los amigos que vinieron a saludarme: algunos cercanos, otros a los que veo menos, que me dieron una sorpresa.

Este año ocurrieron dos anécdotas que recuerdo con ilusión. La primera: una lectora de mi ensayo El barco de cristal. Referencias literarias en el pop-rock, vino a saludarme y a expresarme lo mucho que le había gustado mi libro. Y los que escribís sabréis que no hay nada más gratificante que el hecho de que alguien disfrute con lo que una ha escrito.

La segunda anécdota aconteció el primer día de firmas. Una adolescente de unos quince años  pasó por la caseta y me compró el libro dedicado. No me conocía y seguramente no había oído hablar de mi libro, pero debió de atraerle el título. Me hizo ilusión tener una lectora tan joven. Me recordó a mí, con la misma edad, pidiéndole que me firmara un libro a una por entonces desconocida Laura Gallego. No es que yo vaya a convertirme nunca en una Laura Gallego, pero con esto trato de demostrar que a veces conviene arriesgarse y apostar por los autores desconocidos, porque pueden sorprendernos.

Os dejo ya con las fotos, con mi agradecimiento a todas las personas que me acompañaron y a mi editor, José María de la Torre, por contar un año más conmigo para la Feria. También a Javier Lozano, el autor de la gran mayoría de fotos.