«The Doors» de Oliver Stone: un videoclip de dos horas

“¿Cómo es posible que una fan de The Doors como tú no haya visto aún la película de Oliver Stone?”. Estaba harta de oír esa pregunta, así que decidí poner remedio y verla. Bueno, eso… y la curiosidad. ¿Una película sobre la vida de Jim Morrison y su carrera como vocalista de The Doors? La perspectiva era jugosa, no os lo niego, y parecía especialmente hecha para mí.

Cartel de la película de Oliver Stone
Cartel de la película de Oliver Stone

FICHA TÉCNICA

Título original: The Doors

Año: 1991

Duración: 135 min.

País: Estados Unidos

Director: Oliver Stone

Guión: Randal Johnson & Oliver Stone

Música: Olivia Barash (Canciones: The Doors)

Fotografía: Robert Richardson

Reparto: Val Kilmer, Meg Ryan, Kevin Dillon, Kyle MacLachlan, Frank Whaley, Michael Madsen, Billy Idol, Kathleen Quinlan, Michael Wincott, Bruce McVittie, Dennis Burkley, Josh Evans, Costas Mandylor, Crispin Glover, Mimi Rogers, Sam Whipple, Josie Bissett, Kelly Hu, Titus Welliver

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Después de 135 minutos de largometraje, me he quedado, como diría Ángel González, “con un acre sabor a nada en la garganta”. En el filme de Stone hay mucha pretensión y poca fidelidad a la historia real de la banda y, más concretamente, de Jim Morrison (1943-1971). El director intentó refugiarse en la psicodelia para no tener que esforzarse en desarrollar un argumento coherente y cohesionado, y el resultado es una suerte de videoclip de más de dos horas de duración con algunas escenas de diálogo intercaladas. Porque, eso sí, como videoclip, le hubieran dado el visto bueno hasta los propios integrantes de la banda, quienes, por cierto, no se mostraron nada conformes con la visión que Stone ofreció de ellos, especialmente de Jim Morrison, cuyo personaje describió Ray Manzarek, el teclista de la banda, como “un psicópata fuera de control”.

Efectivamente, esa es la imagen que de él se lleva, después de ver la película, cualquiera que no haya leído nada acerca de la vida de Morrison: lo que viene siendo el espectador medio. El personaje, interpretado por Val Kilmer, se nos antoja desagradable, agresivo y vulgar: un alcohólico que escupe frases literarias –extraídas por Stone de entrevistas y grabaciones reales del artista-, las cuales pierden su esencia por el contexto en que son pronunciadas –como en aquella escena, de la cosecha de Stone, en que Morrison está a punto de tirarse desde un tejado-.

Van Kilmer en la película y el verdadero Jim Morrison
Val Kilmer en la película y el verdadero Jim Morrison
Van Kilmer en la película y el verdadero Jim Morrison
Val Kilmer en la película y el verdadero Jim Morrison

Es cierto que Jim Morrison, sobre todo en sus últimos tiempos, fue un alcohólico y protagonizó más de un episodio extremo, pero no era esencialmente una persona agresiva y, desde luego, no se parecía en nada a la fiera que muestran en la película. Era un tipo culto, lector voraz desde su infancia; idolatraba a Arthur Rimbaud y a William Blake y había estudiado a fondo las teorías sociológicas de la recepción, llegando incluso a escribir sobre ella. En su obra Los señores. Notas sobre la visión (1969), encontramos textos breves acerca de la recepción, por parte del espectador, de la cinematografía, ámbito en el que también era un experto –estudió cine en la UCLA y fue compañero del mismísimo Francis Ford Coppola, quien utilizó su tema “The End” como banda sonora para el célebre filme Apocalypse Now (1979)-. “El encanto del cine reside en el miedo a la muerte”, escribió Morrison.

Jim Morrison fue una persona sensible, a pesar de lo que nos presenta la película de Stone. Tenía el alma de un poeta maldito y acabó sus días en aquel París que fue escenario de las impúdicas correrías de Verlaine, Rimbaud, Baudelaire. La película no profundiza en la sensibilidad de Morrison, algo que considero esencial a la hora de definir su personaje. He de reconocer, sin embargo, que Val Kilmer resultó una buena elección tanto físicamente como en cuestión de voz, porque realiza una imitación del vocalista de The Doors mucho más que aceptable –los fans de Morrison diríamos, llegados a este punto, que a pesar de la buena caracterización, la fisonomía de Kilmer no alcanza en absoluto la perfección de la de Jim, pero eso ya es entrar en terreno muy subjetivo…-.

Con Pamela Courson, la novia de Jim Morrison, se repite el mismo esquema: brillante interpretación y caracterización de Meg Ryan y distancia kilométrica con respecto a la verdadera Pam. En la película, la presentan como una joven ñoña y vulnerable, un poco tontita, que come de la mano de Jim. En la historia real, era ella quien llevaba las riendas y trataba –en vano- de controlar a su novio: resultaba dominante e histérica, a menudo cruel, en contra de lo que indicaba su aspecto frágil y desvalido. Además, Pam no era, ni mucho menos, una víctima de los devaneos amorosos de Jim con otras mujeres: ella tenía su propia colección de amantes, por cierto muy nutrida.

Meg Ryan y Val Kilmer como Pamela Courson y Jim Morrison
Meg Ryan y Val Kilmer como Pamela Courson y Jim Morrison
Los verdaderos Jim Morrison y Pamela Courson
Los verdaderos Jim Morrison y Pamela Courson

A la que presentan injustamente como una devora-hombres sin corazón es a la pobre Nico, integrante durante un corto período de la banda neoyorquina The Velvet Underground, que en la realidad mantuvo una relación sentimental con Morrison y llegó a enamorarse profundamente de él, hasta el punto de teñirse el cabello rubio de pelirrojo para agradar más a su amado, que sentía predilección por los cabellos de fuego y, más concretamente, por el de Pamela. En la película, apenas se presta atención a la identidad de Nico y a su papel dentro de The Velvet Underground, y ella aparece como una provocativa rubia que no vacila en desnudarse a la primera de cambio.

La película, además, presenta llamativos errores históricos y cronológicos, como el momento en el que Jim y Pam se conocen. En la historia real, fue en el London Fog, tras uno de los primeros conciertos de The Doors. Stone lo edulcora hasta el punto de presentarnos un Jim con aires de Romeo que trepa hasta el balcón de Pamela-Julieta para presentarse ante ella y declararle su amor. Y esto, mucho antes de haberse formado la banda.

Robby Krieger tampoco estuvo en el grupo desde los inicios, como muestra la película. Y no está comprobado que Jim Morrison hiciera exhibicionismo en un concierto de Miami en 1969 –de hecho, los testigos afirman que no vieron nada y todo se quedó en una mera bravuconada del provocativo Jim-. Por no hablar de la confusión que aquellos que no hayan profundizado en la historia de la banda deben de encontrar a la hora de identificar a los personajes secundarios, que aparecen indefinidos y nebulosos.

Fotograma de la película. De izquierda a derecha, los personajes de John Densmore, Jim Morrison, Robby Krieger y Ray Manzarek
Fotograma de la película. De izquierda a derecha, los personajes de John Densmore, Jim Morrison, Robby Krieger y Ray Manzarek

Mi conclusión es que el filme fue concebido con muchas pretensiones y no cumplió su misión principal: la de convertirse en un biopic de Jim Morrison y, por extensión, de The Doors. Oliver Stone cayó en errores de principiante y se decantó por el morbo de la puesta en escena, ignorando partes tan esenciales como el argumento y la profundidad psicológica de los personajes.

Se trata de una película muy ruidosa, envuelta en un bullicio constante, algo así como un gran concierto, vasto e indefinido. He echado de menos en ella instantes de silencio, de reflexión, como aquel en que debió inspirarse Morrison para escribir que:

Los Señores nos apaciguan con imágenes. Nos dan libros, conciertos, galerías, espectáculos, cines. Especialmente cines. A través del arte nos confunden y nos ciegan a nuestra esclavitud. El arte adorna las paredes de nuestra prisión, nos mantiene en silencio, distraídos e indiferentes (Jim Morrison, Los Señores. Notas sobre la visión).

Basándome en las palabras del poeta, solo puedo recomendar a aquellos que han visto la película… que no se queden ahí: que escuchen a The Doors, que lean sobre la vida y el pensamiento de Morrison, que se acerquen a la verdad. Y a los que no han visto la película, prácticamente les aconsejo lo mismo. Una cosa no puedo negarle al filme: la calidad insuperable de la banda sonora… original de The Doors, claro.

8 respuestas a ««The Doors» de Oliver Stone: un videoclip de dos horas»

  1. ese exactamente lo que pienso después de indagar mucho en esa película. Carece de sensibilidad y sólo es un torbellino de locura, despropósito y envidia por parte de Stone. Ya tuvieron algún encontronazo en UCLA. En fin. Buena disección de lo que realmente fue y lo que se muestra. Mucho más sutil Coppola. Él sí devolvió a los doors a otra generación. Gracias, me ha gustado bastante, y otras cosas que he leído de manera casual por ahí.
    Daniel Memphis

  2. Estoy de acuerdo en la mayoría de lo que dijiste marina, creo que el Morrison real era como un
    50% menos «excesivo» que el de la pelicula, además, la pelicula no profundiza el personaje por
    ejemplo en la parte intelectual y artistica, recordemos que jim era un asiduo lector y tenía un C.I
    alto. Pero con todas sus distorsiones, la pelicula es un referente ya sea para fanaticos del
    grupo como lo soy yo, o para el espectador comun, y gracias a ella muchos conocimos a The Doors ..

  3. Hace muchos años atrás, después de haber entrado como un polizón a un cine en Santiago de Chile por ser menor de edad, vi la película, y quede impactado, durante mucho tiempo pensé…» ¿y en que momento Jim escribió poesía si pasaba todo el tiempo drogado?», bueno, después buscando como ratón de biblioteca encontré entre libros al verdadero Jim, y esta muy lejos del Jim de la película de Stone. Saludos, tu opinión es muy asertiva.

  4. Estoy muy de acuerdo con todo lo escrito y yo tambien como buen sagitariano hoy de 39 años y buen hippie de imaginacion de esos times no de lo actual (ya que tengo alma de otros times finos britanicos) y en collage de otro mundo… el mio mismo… no este en el que hoy convivo…y las peliculas y los directores muestran siempre algo que no es……..pero bueeeee…… te mando un abraso grande y me encanto todo lo escrito y tomando dos cervezas y escuchando el primer y segundo disco the doors…. y siempre escuche the doors…nunca hubo un the end…

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